
En esta foto se puede sacar ideas de los usos que ofrece un calabacín. La crema de calabacín está muy rica, pero hay quien lo emplea para otros menesteres. !La imaginación al poder!
En esta foto se puede sacar ideas de los usos que ofrece un calabacín. La crema de calabacín está muy rica, pero hay quien lo emplea para otros menesteres. !La imaginación al poder!
Cuando vamos a Italia alucinamos con lo buena que sabe la mozzarella. Aquí en ocasiones podemos comprarla en los supermercardos. En Mercadona, venden una que no está mal. El tema es que debe estar hecha con leche de búfala, ya que algunas que venden como mozzarella están hechas con leche de vaca y cuajo y no son propiamente mozzarella. En Italia la mozzarella es una alimento base de la dieta local de Nápoles y la Campania.
Su origen está en el sur de Italia. Fue en el siglo XVI cuando la mozzarella pasó a hacerse con leche de búfala, ya que antes se hacía con leche de vaca. La mozzarella es el sinónimo de Nápoles. Para hacer la mozzarrella se requieren 4,5 litros de leche para cada kilo de queso acabado. A la leche se le añada el «caglio«, fluído intestinal de las ovejas al ser degolladas. Es lo que conocemos como cuajo. Se forma entonces el requesón.
La mezcla se rompe en trozos más pequeños, drenando el líquido sobrante. La masa que queda se calienta para que quede elástica. Tres horas después, el quesero selecciona una porción de queso y lo recoge en una espátula de madera. Luego se moldea a mano y se remoja en salmuero durante horas.
Las granjas que fabrican la leche están cerca de la quesería, a menos de una hora de coche, para que no se perjudique la leche. La mozzarella de búfala natural, sólo dura 4 o 5 días. La mozzarella recién moldeada está en su punto a las 8 o 10 horas de su elaboración, con su punto óptimo de elasticidad.
La bola de queso debe ser muy blanca y reluciente de leche, y al partirse con un cuchillo debe dejar un rastro de suero. Debe oler a la fragancia de la fermentación de la leche. Así que esa que nos venden en el mercadona, con una fecha de caducidad de varias semanas, pese a ser hecha con leche de búfala está a años luz de la auténtica mozzarella. Es como el queso de burgos que se comercializa y dura semanas. El que está sabroso es el que venden y dura no más de 48 horas. Si van a Italia, piden mozzarella fresca y prepárense para gozar.
A la hora de cenar si no sabemos que hacer, podemos preparar unos emparedados. La materia prima es importante. Yo los hago con pan de molde, jamón cocido, queso de barra, anchoas, tomate en lonchas finas, lechuga, huevo duro y mayonesa casera. Si en lugar de jamón cocido de calidad ponemos algo más corriente, paleta, tomates sosos y anchoas saladas el resultado será nefasto. El asunto que me ocupa es cómo hay que hacer una mayonesa casera. Es más fácil que mear, pero no siempre sale bien. En cuestión de tiempo hablamos de algo menos de un minuto. Ensuciaremos una batidora y un recipiente, pero por contra sabremos que es lo que estamos comiendo. Hay en el mercado mayonesas muy ricas, algunas de aceite oliva, otras de girasol pero como la casera ninguna.
En un recipiente, uno alto y estrecho ponemos un dedo de aceite, como cuatro o cinco centímetros. Yo pongo aceite de oliva, no extra virgen porque sino el sabor es demasiado acusado. Una vez puesto en el fondo el aceite, cascamos un huevo y lo vertemos encima, añadimos una pizca de sal. Sin remover nada, ponemos la batidora dentro del recipiente, hasta que toque el fondo y entonces la ponemos en marcha. La clave está en no mover la batidora en ningún sentido, ni de izquierda a derecha ni de arriba abajo. Añadimos al tiempo que batimos un poco de zumo de limón. Si somos pacientes, veremos como la mezcla va cogiendo espesor, será entonces cuando podremos mover la batidora en todas las direcciones. En un periquete, por arte de magia, el huevo con el aceite habrá generado mayonesa de buen grosor y mejor sabor. Pruebénlo. Vale la pena.
Ahora que llega el frío daré una receta de una sopa. La sopa de cebolla la probé en Venezuela, en una colonia que los alemanes tienen a las afueras de Caracas. La sopa la haga en la olla express. Para cuatro personas empleo tres cebollas, se pelan y se cortan en aros. Se ponen en la olla a pochar con aceite de oliva extra virgen. Cuando está pochada, pasado unos quince minutos, evitando que se dore, la cubro con agua y añado sol. Tapamos la olla y cerramos cuando empieza a salir el vapor, ponemos el pitorro, en posición «cerrado» y la dejamos a fuego bajo durante quince minutos. La destapamos y la ponemos en un tazón. Aparte ponemos unas rebanadas de pan en una sarten con aceite, para que se dore. Ponemos las rebanadas circulares (picatostes) sobre la sopa, y añadimos queso rallado. Suelo emplear un queso emmental. Lo ponemos en el horno, el cual hemos precalentado, y lo tenemos cinco muntos a 250ºC. Luego ya está listo para comer.
Sabemos que la cebolla es diurética y limpia nuestro organismo de impurezas. Así que al tiempo que comemos algo sabroso nos hacemos un bien a nuestra salud.