Archivo del Autor: Francisco H. González

UN MOEMTNO DE LA PRSENTACIÓN DE LA NUEVA TEMPORADA DE EXPOSICIONES DEL MUSAC/ TEMPORADA EXPOSITIVA

Crisis de la cultura

Hay una obsesión en los creadores porque su obra se convierta en cultura. En ellos predomina el afán estático sobre el dinámico. Lo importante no es tanto hacer la obra, sino hacer la que conviene, la que va a ser considerada (y esto último lo digo haciendo referencia, sobre todo, al dinero). Y no se dan cuenta de que la economía ha descubierto (hace tiempo, antes de que ellos nacieran) en el arte un bien comercializable que, curiosamente, no tiende al bienestar económico del fabricante de ese bien; sino, en una medida mucho más escandalosa que de costumbre, al bienestar de los traficantes. La justificación económica de la producción artística es lo desmesurado de sus plusvalías posibles. ¿Es que no significa eso crisis de la cultura?

Espíritu de aprendiz (Isidoro Valcárcel Medina). El arte económico (1993). Pepitas de Calabaza. 2018

El sueño de Ramón Bilbao

El sueño de Ramón Bilbao (Javier Reverte)

El escritor Javier Reverte pone su oficio al servicio de la mayor gloria del bodeguero Ramón Bilbao, nacido en el último tercio del siglo XIX y fallecido en 1966 (sin descendencia, según reza la web) cuyos caldos son bien (re)conocidos hoy por los amantes del néctar báquico; bodegas Ramón Bilbao que en 2024 cumplirán su primer centenario.

Como no hay mucha información disponible sobre Ramón (ni siquiera su fecha exacta de nacimiento), más allá de los recuerdos traídos al presente por amigos y familiares, Javier pergeña aquí un singular y sucinto relato biográfico para hablarnos sucintamente de la condición humilde de Ramón, nacido en el País Vasco, en la localidad de Etxevarri, su temprano interés por el cinematógrafo y el teatro, su talante empresarial, emprendedor y viajero, lo que casa bien con sus lecturas de mocedad de Julio Verne y su archiconocido personaje trotamundos Phileas Fogg. Esa vena viajera, la explota Javier (que se encuentra entonces en su salsa) a través de los sueños que le endilga a Ramón mientras yace este en un sofá que le transportará a lugares como Calcuta, donde un anciano le transmitirá el secreto del aroma del vino, que Ramón hará suyo y que pasa por no ganar en cantidad lo que se pierde en calidad.

No se dan muchos detalles acerca de cómo Ramón llega a conseguir la fama o renombre que llegaría a atesorar en el futuro, más allá de que se endeudó en su día para poder comprar cepas americanas (tras los desastres provocados por la filoxera), o que junto a consumados especialistas, se hizo con una preparación intensa para la cata, tampoco se aclara si algunos de los dibujos de cintas transportadoras, aerostatos, zepelines, automoviles con forma de tubo, dibujos que colocaría en las paredes de su oficina, llegarían a buen puerto, si esa imaginación, su capacidad visionaria (nos cuentan) llegaría a materializarse o no.

Bodegas Ramón Bilbao. 2018. 88 páginas. Director de Arte, maquetación y portada: Mi Abuela No Lo Entiende.

Lecturas y enlaces periféricos | La filosofía del vino (Béla Hamvas) | Museo Vivanco de la Cultura del Vino | Días de vino y rosas | La leyenda del Santo Bebedor (Joseph Roth)

Eduard Sanahuja

Gos (Eduard Sanahuja)

-cementiri alternatiu
Gos

Vaig canviar l’udol i l’embosca
per un tarannà dòcil, indolent;
vaig abdicar d’un cor de llop salvatge
per jeure al bol de la seguretat.
En recompensa, sé que em vau estimar.
Jo encara us lleparia
les mans, els peus, la cara,
el furor vertebral del vostre cos.
No vull que passeu pena en recordar-me,
però no us avergonyiu si de vegades
ploreu pels qui no hi són.
Quin gran luxe és ser feble quan s’ha nascut potent,
aprendre a renunciar, a rebaixar l’esperit,
a triomfar deixant que el domador somrigui!
La derrota sovint és la victòria.
Deixa’t guanyar:
els llops ho passen magre.

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-cementerio alternativo-
Perro

El aullido cambié y la emboscada
por un talante dócil, indolente;
de un corazón de lobo, abdiqué
por yacer junto al cuenco del asilo.
En recompensa, sé que me quisistéis.
Aún os lamería
manos, y pies, y cara,
y el furor vertebral de vuestro cuerpo.
No quiero que sufráis al recordarme,
mas no os avergoncéis si alguna vez
lloráis por quien no está.
Qué gran lujo es ser débil tras nacer poderoso,
aprender a abdicar, a atenuar el espíritu,
¡a triunfar dejando que el domador sonría!
A veces la derrota es la victoria.
Déjate ganar:
los lobos pasan hambre.

Eduard Sanahuja
(Versión de Pedro Casas Serra)