Analógico vs Digital

Compré donde los Chinos un cartucho de 50 DVD, por 15 euros. Así que tengo más de 100 horas para grabar cuanto me plazca. Poco después compré una cinta de video para grabar alguna serie de televisión (Doctor Mateo, Hay alguien ahí, Acusados). La cinta de 3 horas me costó 3,60 Euros. A razón de 1,20 euros la hora. El DVD sin embargo ahorra una cantidad de 0,12 euros hora. No me extraña que las cintas de video y de música sean una reliquia. Sólo falta ahora que los DVD grabadores bajen de precio y entonces sí que las cintas de video serán una auténtica reliquia.

Albertucho

Albertucho Amasijo de porrazos CD

Un libro te lleva a otro libro, un autor a otro autor. Con las canciones pasa lo mismo. Se tienden telas de araña invisibles que finalmente me llevaron a comprar este disco de Albertucho titulado Amasijo de porrazos, último publicado de este cantante sevillano de 24 años. No sabía lo que me iba a encontrar, pero por 6 euros que costaba en el Carrefour, menos de lo que te clavan por un cubata tampoco perdía nada. El CD son 12 canciones.

Amasijo de porrazos 2008 Dro Atlantic

01. Amasijo de porrazos
02. El Bueno el feo y el malo
03. La gata
04. Los mastodontes de corazón
05. El nota
06. La silla de plástico
07. Yo me cojo el tren
08. Temblando
09. Ma ma he
10. No hay nada de valor en esta canción
11. Lo venidero
12. Me gustan más los perros que los hombres

En la segunda canción titulada El bueno, el feo y el malo, aparece Kutxi de Marea, recitando un poema (entiendo que de autoría propia), a modo de introito, que dice así

Kutxi Romero El bueno el feo y el malo

Kutxi Romero

Las canciones que más me han gustado del disco son la número 3, «La gata«, la 6 «La silla de plástico«, la 11 «Lo venidero«, algo parecido a una balada, y la que cierra el disco, toda una declaración de principios «Me gustan más los perros que los hombres«, donde Albertucho canta junto a Fernando de Reincidentes, Txus y Gerardo.

Sus letras no son como las del Kutxi, carecen de ese halo poético, pero entre el cachondeo con el que canta Albertucho y algun verso notable, aderezado con unas melodías que le dan a cada tema su impronta, hacen de este disco uno de esos que vale la pena ser escuchado unas cuantas veces. Son 12 temas que se escuchan y disfrutan en un boleo.

Por cierto en libreto con las letras que viene con el CD, hay algún que otro «porrazo» al diccionario, como el término «ahullarán«…

Y como curiosida decir que tanto Kutxi como Albertucho se apellidan igual «Romero«. ¿Serán familia?.

Telediarios

Hacía meses que no veía el Telediario de la primera. Hoy lo vi y ha habido varias cosas que me han sorprendido. En primer lugar parece ser que el deporte y el tiempo lo ocupan todo, como si estas dos cosas fueran lo más importante hoy en el país. Además es curioso ver como los reporteros suben a montañas nevadas, o se ponen junto al mar, zarandeados por el viento, a fin de ofrecer su crónica de poco segundos, como si el que los ha enviado allí estuviera esperando que alguno de sus subordinados fuera tragado por una ola, en cuyo caso sí que habría una noticia.

Es increible comprobar el afán de autobombo que tienen todas las cadenas. Así son capaces de dedicar varios minutos del telediario que excluido los deportes se quedan en menos de media hora, a hablar de lo bien que ha ido una serie que se ha estrenado o lo bien que les va el trimestre, cuando eso quizá sea noticia para ellos y su gabinete de dirección pero que a mí como espectador me da absolutamente lo mismo si Pelotas o Aguila Roja lo ve poca o mucha gente.

En todo caso lo que espero en un telediario es que se describa la realidad, que se informe al menos con rigor. El colmo ha sido cuando al mentar a Obama, cual si de un programa de cotilleo se tratara, nos cuentan que el Presidente Negro ha visto blanquear su cabello, que es posible que se tiña, que su peluquero lo desmiente y demás sandeces. Creía que la primera no había caído en el sensacionalismo de telediarios como el de la Sexta, para los cuales informar es otro espectáculo más, donde no desentonaría para nada Wyoming (quizá sea la próxima tendencia, poner a cómicos dando noticias «verdaderas»).
Ahora los telediarios lejos de informar o crear opinión, buscan sencillamente, lo primario (caca, culo, pis), que es impactar, así que no es raro ver a un señor que sobrevive de milagro tras ser impactado por un camión que a su vez ha sido arrollado por un tren, alguien que se tira desde un balcón o alguna persecución grabada desde un helicóptero en cualquier ciudad americana.

Pan y circo. Ni más ni menos. Menos mal que todavía queda gente como Millás, que escribe cosas extraordinarias como Demagogia que me hacen creer de nuevo en la inteligencia humana.

Carrefour

Con el 3×2 de Carrefour fui a uno de ellos, el que está saliendo de Logroño en dirección hacia Viana, para pertrecharme de unas cervezas acogidas a la promoción. Una vez en la sección de bebidas y tras ir varias veces arriba y abajo por el frontal de las birras, busqué a la encargada de la sección. Me salió al paso una joven regordeta. Le pregunté si sabía donde estaban las cervezas A.K. Damm. Me miró raro y se encogió de hombros. Lo repetí más despecio, haciendo una pausa detrás de la A y después de la K. Son de la misma marca que esta dije señalando unas latas Damm rojas, sólo que estas vienen en botellas de cristal. En el folleto que recibí en casa aparecen. Me miró de nuevo y me instó a que la siguiera, estiró el brazo media docena de veces por encima de las estanterías, para luego decirme que no tenía ningún folleto encima, pero que no le sonaba de nada esa marca, que no me podía ayudar.
No te preocupes respondí. No le dije que me había desplazado hasta allí para comprar sólo un buen montón de cervezas de esa marca, ni que me parecía extraño que habiendo en el catálogo solo una docena de cervezas acogidas al 3×2 y siendo ella la responsable de la sección no tuviera ni puta idea de lo que le estaba hablando.

Así que salí fuera, dejé el carro sin usar en su sitio y reflexioné sobre esos y esas que deben dar todos los días gracias a Dios, o a quien sea, de tener un puesto de trabajo siendo tan incompetentes en su tarea, mientras el desempleo se nutre de más de tres millones de personas.