

Marcilla acaba de sacar al mercado unas cápsulas que son compatibles con las cafeteras que emplean las cápsulas nespresso. Ahora andan en juicios pero de momento Marcilla se está hinchando a vender dichas cápsulas. Marcilla las vende en unas cajitas de cartón, donde vienen 10 unidades cada una dentro de un papel plástico de color negro, bajo el nombre de L´arome Espresso. El café es 100% arábica. De momento hay seis sabores diferentes; Forza (9), Splendente (7), Sontuoso (7), Decaffeinato (6), Delizioso (5), Satinato (4). El número es la intensidad del café. 10 es lo más fuerte y 0 lo más suave. No sabemos si en un futuro irán ampliando su oferta pero de momento Nespresso presenta una mayor oferta de sabores con su Ristretto, Arpeggio, Roma, Cosí, Volluto, Indriya, etc. En total, creo que unas 17 variedades. La última su creación Onirio.
El precio quizá sea el factor determinante, pero si lo analizamos un poco más en profundidad, no entiendo que si alguien está dispuesto a pagar 30 céntimos por una cápsula de Marcilla, que es lo cuesta, a razón de 3 euros la caja de 10 unidades, donde todos los cafés valen lo mismo independientemente de su fortaleza, no esté dispuesto a pagar 5 céntimos por una cápsula de Nespresso, dado que la mayoría de estas cápsulas cuestan 35 céntimos, siendo las más caras las que cuestan 39 céntimos. Si estás dispuesto a dar el salto y pasar del café de toda la vida que te haces en tu casa, en la cafetera, por un coste mucho menor, a una máquina de cápsulas, ir a comprar lo más barato para ahorrarte solo cinco céntimos no lo entiendo, aún menos cuando el aroma que despide un Nespresso es infinitamente mejor que el que despide el Forza y Splendente de Marcilla que son los que he probado hasta el momento.
Dejo un par de fotos para que os hagáis una idea de como son las cápsulas de Marcilla. En su haber comentar que estas cápsulas son reciclables, al ser de plástico y lo que es una clara ventaja competitiva, que las puedas comprar en los Eroski, Capabro, etc, mientras que las otras las de Nespresso o las compras en las tiendas Nespresso, que hay cuatro, y casi siempre en grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, Santander, Terrasa, etc) o las compras por internet, donde los gastos de transporte son 5 euros a no ser que hagas un pedido que supere los cincuenta euros.
La guerra del café encapsulado está por tanto servida. Yo el bando lo tengo claro.

Iñaki Gabilondo es ya una marca dentro del periodismo. Como él mismo afirma a lo que un periodista puede aspirar es a que se reconozca su integridad, que sea poseedor de unos valores, que los lectores reconozcan en él a alguien de confianza. Gabilondo, quien conoce bien el medio radiofónico y el televisivo, ha publicado a comienzos de 2011, El fin de una época, un libro de reducido formato, poco más de 150 páginas, donde hace unas interesantes reflexiones sobre cúal es la función del periodismo y la misión del periodista, sobre qué porvenir le augura a su profesión, criticando hechos que a todos resultan evidentes, como la obsesión por los índices de audiencia, donde cada punto del share, apareja unos beneficios, de ahí que sin importar la calidad del producto, lo fundamental es si el programa vende o no, esto es, si hay una audiencia detrás o no.