Los alrededores de Ezcaray son un surtidor de recuerdos y experiencias agradables que atesorar. De ruta hoy por la Iglesia románica de las Tres Fuentes, ubicada sobre un acuífero. Luego paseo por Valgañón y Zorraquín. Repostaje en Zaldierna a la hora del almuerzo y baño reparador y estimulante en el agua, tan límpida como fría, del Río Oja, en Azarrulla. La temperatura calurosa, pero no asfixiante, bajo un cielo raso de azul inmaculado.
Pensamientos floridos: ser abeja y libar
El mar empieza aquí. Pues eso
Bañarse en el mismísimo Río Oja en Azarrulla
Carreteras en las que perderse
Highway to hell paradise: Croquetas en Casa Zaldierna + Vermú (riojano) Mon Dieu
Próximo a la ciudad de Reinosa, en Riaño (Cantabria), y dejando el coche en los toboganes, curso natural del río, con grandes piedras que permiten bajar por las rocas como si de toboganes se tratara, de ahí el nombre y con muchas posibilidades de dejarte las nalgas en carne viva si vas en pelotas o romper el bañador si es el caso, se coge el camino de asfalto que nace en un pequeño aparcamiento al lado de los toboganes. Luego se sigue recto, con el río a nuestra izquierda, y al cabo de unos veinte minutos vemos una señal en madera que nos indica la dirección hacia las Cervalizas. Un poco más adelante la senda se desdobla, nosotros seguiremos por el camino de la izquierda. El que asciende es un camino que nos conduce al Balcón del Oso. Por el camino seguimos recto caminando alternando zonas de sombras bajo los árboles y a la solana.
Al cabo de unos veinte minutos, siempre ascendiendo levemente y sin abandonar la senda, llegamos a un puente que queda a nuestra izquierda y que no se ha de cruzar. Seguimos recto y vemos una poza a nuestra izquierda, luego caminando bajo el lomo de la montaña llegamos a una gran roca, donde detrás hallamos una espectacular cascada. Meter los pies y al poco es ya no sentirlos, pero a las reinosanas nada se les pone por delante y me cuentan que el agua está gélida. Así que es un entrar y salir, tras un fulminante chapuzón.
El regreso es cómodo, más rápido, al ser casi todo el trayecto cuesta abajo. Dejo unas fotos de esta caminata por tierras cántabras. Si os acercáis a ver el nacimiento del Ebro, en Fontibre, las Cervalizas quedan a tiro de piedra, ahora bajan con bastante agua y son una maravilla de la naturaleza.
Dedaleras. Flor que descubro con la lectura de Geai de Bobin.
Buscando la naturaleza y saliendo de Logroño, nuestros pasos se encaminan hacia la población de La Villa de Ocón. De la plaza de la Constitución y tras abandonar la pista que conduce a la Fuente tosca (a la que se puede acceder con el vehículo), y tirando recto por una senda, superando las piscinas, se camina siempre pegado al barranco, que queda a nuestra derecha, y en cuyo fondo se intuye un río. Travesía de unos tres kilómetros de ascensión en donde se van aternando zonas de umbría y solana, hasta llegar a la Fuente Tosca, en donde hallamos un área recreativa con numerosas mesas de piedra. Lugar ideal, a la sombra, donde encontrar solaz y reponer fuerzas con una ristra de chorizo riojano entre pan y pan de Entrena que nos acerca con precisión a la idea del paraíso en la tierra.
De la excursión dejo testimonio visual con las vistas de La Villa de Ocón en lontananza, de los restos de la Iglesia de Santa María y el castillo, enmarcando el horizonte y las inopinadas explosiones florales que subyugan al caminante por su belleza y fragancia. La comida en la Alameda de Pipaona bajo la arbolada fue la guinda. Pero esa ya es otra historia.