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Pimientos rellenos de bonito

Buenas. Aquí estoy de nuevo con la manos en la masa. Hoy toca hablar de los pimientos rellenos. Se pueden rellenar de carne picada, pechuga de pollo, atún, bonito, choricillo. En resumen de lo que te plazca. En Logroño en muchos bares los ponen como tapas y son una delicia. Yo los hago rellenos de atún de lata.
El proceso es sencillo. Primero hay que hacer una bechamel. Para ello en un cazo pongo una cucharada sopera de mantequilla, la dejo que se funda y luego añado poco a poco harina, revulevo con una cuchara para que la mantequilla impregne la harina y coga cuerpo, hasta formar una bola que no se pegue. Luego añado leche entera, sal y un poco de nuez moscada comienzo a remover. Luego dependiendo de lo líquida que queremos que queda la bechamel añadiremos más o menos leche. Para los pimientos interesa que no queda muy densa porque sino parace luego un mazacote.
Aparte abrimos las latas de atún. Suelo emplear cuatro latas pequeñas y me salen unos 25 pimientos. En una sarten ponemos a pochar cebolla y cuando está pochada añadimos el contenido de las latas habiéndolas escurrido previamente. Lo dejamos al fuego un rato para que el atún coja el gusto de la cebolla. Utilizo atún normal, no en escabeche.
Después de diez minutos retiramos el atún con la cebolla lo ponemos en una bandeja y encima vertemos la bechamel. Solo un poco. Si echamos mucha luego quedará demasiado compacto y perderá jugosidad.
Se rellenan con una cucharilla de postre. Tampoco conviene rellenarlos mucho porque luego a la hora de freírlos se espanzurran se monta una buena.
Se rellenan se pasan por harina primero y luego por huevo que hemos batido previamente y se fríen. La salsa la hago de tomate. Pongo los pimientos fritos sobre la salsa y ya están listos. Si se congelan que es lo que suelo hacer. Luego una vez descongelados están estupendos. Como si estuvieran recién hechos.

La próxima vez que los haga les echaré una foto para ver el resultado.

Receta de la masa de la pizza

Se acerca el fin de semana y uno espera echarse algo rico al estómago. Una solución pasa por ir al Telepizza pero en ese caso no sería algo rico. Otra puede ser comprar una pizza que venden en el supermercado, las cuales a pesar de que están hechas con ingredientes diversos todas saben igual (de mal). Se puede ir uno a un restaurante, si es italiano mejor y pedir una pizza, pero entonces ya puede ir preparando mínimo de 6 Euros, que con bebida y algo más se va por encima de los diez. Una opción más económica es pedir masa de pan en una panadería. Cuesta lo mismo que una barra de pan entre 55 y 75 céntimos. Luego la estiras, la aplanas, la condimentas a tu gusto y la pones en el horno.
Si uno quiere ir un paso más allá dentro del mundo del sibaritismo, del buen comer, puede hacer la masa de la pizza en casa. Yo la hecho varias veces y el resultado no ha podido ser mejor. Para ello se ha de hacer lo siguiente. Las fotos que aparecen tanto de la pizza ya lista para ser horneada como de la masa de pan son del menda.

Foto de masa de pan para pizza caseraNecesitamos 400 gramos de harina. La ponemos sobre una superficie lisa y en el centro hacemos algo parecido al cráter de un volcán sobre el que echaremos la levadura, que serán 25 gramos. La levadura la venden en sitios como el Mercadona, en unos cuadraditos de 42 gramos y cuesta unos 40 céntimos. Añadimos también el aceite de oliva extra virgen, 50 gramos o 50 mililitros. Vamos removiendo con un tenedor y comenzamos a añadir agua a la mezcla. Se va añadiendo agua poco a poco a medida que se va removiendo. La mezcla debe quedar mórbida, para lo cual es necesario echar bastante agua, pero como vamos a ir poco a poco iremos viendo como la masa va quedando cada vez más elástica. Cuando vemos que tiene la consistencia que deseamos, cogemos la masa la metemos en una cazuela, la cubrimos con un trapo de cocina húmedo y tapamos la cazuela. Lo importante para que la levadura haga efecto es que no le entre aire a la masa y se encuentre en un sitio cálido, para ello la ponemos por ejemplo dentro del horno (apagado claro está) y la dejamos ahí dos horas. Luego comprobaremos como la masa ha subido, se ha inflado. Este proceso de fermentar con levadura se conoce como leudar. Eso es señal de que la levadura ha hecho su función. La podemos entonces la masa guardar en un frigorífico hasta la hora de comer o cenar.

Una vez nos dispongamos a papear, sacamos la masa la enharinamos bien. Sobre una superficie ponemos bien de harina y ponemos la masa con forma de bola. Con un rodillo comenzamos a alisar, hasta darle el grosor que queramos. En el rodillo pondremos harina y en nuestras manos también, porque un amigo probó a hacerlo y me decía que se le quedaba todo el tiempo la masa pegada en los dedos. No hay que cortarse con la harina. Aunque vaya a subir el precio siempre será más barato que lo que nos clavan por una cerveza en un bar.

A mí me gustan las pizzas bien finitas, para que luego al hornearlas queden crujientes. Tampoco me complico mucho la vida con los ingredientes. La hago con tomate de pera, el cual previamente he tenido dos horas pochando con cebolla y aceite. Cuando la masa está alisada la dispongo sobre la bandeja y encima añado el tomate triturado, y la mozzarella, bien rallada o de la que venden en bolas en los supermercados. Se puede combinar también con champiñones, atún, calabacín, berenjenas, bacon, y otros muchos ingredientes. Eso queda a gusto de cada cual. La pizza admite pescado, carne, verduras, embutidos, etc.

Así me queda la pizza caseraSi hacemos la masa fina luego nos quedará crujiente. Para ello hemos de poner el horno a 225 grados, e introducir la pizza cuando esté a esa temperatura y dejarla hacer unos quince minutos. Se le puede luego, una vez la saquemos del horno, echar orégano por encima o un chorrito de aceite de oliva macerado con cayena. Las posibilidades son infinitas.

Prueben a hacer la masa. No es dificil y el resultado es inmejorable. Lleva su tiempo pero cuando le hinquen el diente me darán la razón. Buen provecho y recuperemos el gusto por la cocina por hacer nosotros nuestras cositas. Más adelante la receta de la mermelada.

Las albóndigas de la abuela receta

Mi abuela me dio la receta de las albóndigas y me salen ahora estupendamente. Las hago a veces con carne de pollo picado y otras con mezcla de carne picada de lomo y ternera. Con el pollo quedan más jugosas pero con carne picada si se hace una buena mezcla quedan también muy ricas. Suelo comprar medio kilo de carne picada de lomo y ternera en una carnicería de confianza del barrio. Dispongo la carne en una cazuela y la aplano, le añado un huevo, sal, perejil, ajo picado y miga de pan untada en leche y escurrida y lo mezclo con la mano (la cual nos hemos limpiado con agua y jabón). Luego le doy la vuelta a la mezcla y añado otra vez lo mismo removiendo nuevamente con la mano. Lo dejo Albóndigas en su puntoreposar un par de horas para que coja el sabor de los ingredientes. Luego con una cuchara sopera voy cogiendo cantidades similares de carne, las paso primero por plato donde tengo harina y luego a la sarten, con aceite de oliva virgen extra a fuego vivo pero que no humee. No las tengo mucho tiempo para que no se sequen, pero lo suficiente para que no queden crudas por dentro. Aparte preparo una salsa con cebolla que pongo a pochar, con un poco de zanahoria y pimiento verde. Cuando ya está pochada pasada media hora, más o menos, la paso por el chino y lo dispongo en una cazuela sobre la que voy añadiendo las albóndigas. Una vez están las albóndigas con la salsa las dejo un poco al fuego para que se acaben de hacer y cojan el gusto de la salsa. Las albóndigas congeladas están divinas, así que cuando las hago aprovecho para hacer un buen número de ellas, ya que que buena parte van al congelador. Lo mismo hago con los pimientos rellenos de la que otro día os daré la receta.