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Ases calientes crítica película Smokin aces

Ases calientes cartel películaLa inanidad cada vez está más presente en nuestras pantallas con películas burdas, de personajes de papel y tramas rocambolescas, donde lo de menos es contarnos una historia o si se nos cuenta se hace de un modo tan confuso y lioso, que en el afán por confundirnos y hacernos pasar como el «no va más» algo que no se sostiene por ninguna parte, acabamos el visionado sin habernos enterado de nada. No porque seamos corto de entendederas, que puede ser, sino porque los personajes son meras caricaturas apenas esbozados, que lejos de interactuar están ahí para mostrar sus caretos empuñando un arma, disparando a todo lo que se mueve, y es mejor que no digan nada, que cierren sus bocazas, porque cuando lo hacen es para reducir el intelecto de estos palurdos al nivel del homo-erectus.

Muchas películas, quizá buscando un público adolescente que es el que más visita los cines y de deja la paga en la taquilla, convierten el arte fílmico en videojuegos, convirtiéndose el metraje en una ristra de escenas inconexas, sin sinergias internas, sin el menor rigor, ni cohesión interna, con exceso de violencia y pirotecnia armamentística, donde lograr el espectáculo visual, con un batiburrillo de escenas aceleradas, con sucesión de planos alocados y frenéticos, donde los protagonistas son mero relleno, para poner en pie productos fílmicos aburridos y vacuos, destinados a un público palomitero, al cual se le ha rebajado tanto el nivel de exigencia que aplaude a dos manos películas infumables como esta. Estos ases calientes los renombraría como «diarrea humeante»

En la habitación crítica película Todd Field

En la habitación cartel película¿Qué haría usted si un fulano mata a su hijo veinteañero y luego al ser el asesino alguien proveniente de una familia acomodada y no haber testigos presenciales del crimen, ver como deambula delante suyo, mofándose, a la espera de un juicio en la que su abogado le ha dicho que en media docena de años estará en la calle, si es que llega a pisar la cárcel?.

Esta es la premisa de la película, la aciaga situación que han de abordar un matrimonio; él médico, ella profesora de música, cuando su hijo, el cual al venir a veranear con ellos, a un pueblo costero del estado de Maine, mientras sale con una chica mayor que él, que vive alejada de su marido, con sus dos hijos, es asesinado por la ex-pareja de ésta.
El sentimiento de la venganza es lógico que tome cuerpo, al ver como la justicia no es tal, y como, por un cúmulo de circunstancias, el hombre que ha matado a su hijo se puede ir de rositas.

La película maneja con tiento los sentimientos encontrados de los padres. Las diferentes maneras que cada cónyuge tiene de superar la muerte de su hijo. El silencio parece ser la tierra que depositada sobre el atáud logre arrinconar el dolor, soslayar la tragedia, la cual como una marea resacosa, no deja de lamer la herida, dejándola en carne viva, hasta que una encarnizada discusión, donde se saca fuera toda la mala leche acumulada, la cual estaba fermentando y avinagrando el ánimo de los dos, logre enmendar la situación, para pasar entonces a remar los dos en la misma dirección.

Me han gustado mucho las interpretaciones de todos ellos Sissy Spacek, Tom Wilkinson y en especial de Marisa Tomei, de la cual no vemos muchas películas en las que pueda lucir sus dotes interpretativas.
La película la dirige Todd Field, un ex-actor que debuta en la dirección con «En la habitación» y que ahora tiene en cartel «Juegos secretos«, donde Kate Winslet opta al Oscar a la mejor actriz.
La película tuve ocasión de verla en la TVE-2, hace un par de semanas, en el espacio Off-cinema, que semana a semana nos va deleitando con películas minoritarias, de gran calidad como esta.

Bosque de sombras crítica película Koldo Serra

Bosque de sombras crítica pelicula Me he llevado una gran decepción con el visionado de esta película. El primer fallo de la misma es su falta de ritmo. Al cuarto de hora algo ya falla, pues no consigue hacer la historia interesante. Que en el elenco haya gente de relumbrón con Gary Oldman o Virginie Ledoyen quizá sea una buena táctica para vender la película en el extranjero pero nada aportan a la película. Oldman tampoco me ha gustado más allá de que se haya currado el acento y hable un castellano perfecto. Ledoyen cumple en su papel de niña mona, a la que el director muestra con su camiseta mojada mostrando su apetecible cuerpo de pezones enhiestos ante las miradas de los clientes del bar, recién comenzada la película. También la hace despolotarse junta a la otra prota, Aitana Sánchez Gijon en un río, que ningún interés tiene para la historia.

Además Ledoyen es víctima de un intento de violación mientras Aitana sentada en un sofá espera tranquilamente. Son fallos de guión injustificables. Una sucesión de escenas a cual peor resuelta. La historia va de dos matrimonios ingleses que en el año 1978 se internan en un bosque por el norte de España donde uno de los ingleses de ascendencia Española ha restaurado la casona de sus antecesores. Entre los dos matrimonios saltan chispas o eso dicen. Cuando los hombres se van de caza, descubren a una niña, con malformaciones atada en el interior de una casa. Deciden liberarla. Este hecho ocasiona que los familiares de la chica, gente primitiva, inicien su búsqueda.

Los diálogos son horrendos. Aitana trata de mostrarse como una chica dura y no tiene reparos en obsequiarnos con un…dónde cojones está fulano,…dónde coño está el coche…
Ledoyen y Aitana mantiene al tiempo charlas filosóficas acerca de la relación entre los hombres y los mujeres capaces de dormir a una piedra.

Si algo se puede decir a favor de «Bosque de sombras» es que genera cierto ambiente, cierto climax desasogante, gracias a una trabajada fotografía. Pero si ese ambiente no se materializa en un historia de personajes definidos y escenas bien enlazadas ese ambiente acaba diluyéndose como la bruma matinal.

Bosque de sombras aburre porque no logra nunca hacernos entrar en la historia. Es un quiero y no puedo, una idea que a priori es prometedora pero que un guión mal plasmado origina un rollo de hora y media que al final he visto con la idea de que en algún momento la cosa cambiase, pero no ha sido así. Un fiasco pues en toda regla.

La noche de los girasoles crítica de la película

La noche de los girasoles cartel película Me esperaba más de esta película. Había oido hablar maravillas y después de verla me he encontrado un tanto desolado.

La idea no está mal, Cabezudo, que debuta con este largometraje, funciona bien como guionista, si bien los personajes, algunos como el del fotografo queda desdibujado, poco serio. Hacer que varias historias se entrecrucen teniendo presente que el espacio temporal en el que se mueven no es el mismo puede genera confusión, pues no sabemos si lo que vemos ocurrió antes o después del resto de la historia. Lejos queda de los logros de «Memento» que resolvía los saltos temporales con mucho más arte.

Lo que más me ha gustado es que la película tiene un aire de misterio y suspense que no se desvanece en buena parte de la película, generando cierta ansiedad y luego cierto cachondeo al ver lo que un guardia civil, infiel y con ganas de dejar el cuerpo es capaz de hacer para ganarse un sobresueldo.

Esas casualidades que son el sustento de la historia no está mal trenzadas, si bien como todo en estos casos, para que nos resulte verosimil hemos de poner de nuestra parte, pues sino nos puede parecer tan absurdo lo que vemos, que desconectemos a las primeras de cambio.

De los actores Carmelo Gómez, Celso Bugallo y Cesáreo Estébanez están muy convincentes. La guapa, Judith Diakhate, poco puede lucirse en la piel de esa desventurada mujer. Manuel Morón parece haberl cogido el gusto a personajes desprecibles, aquí ejerce de violador y en El Bola de padre maltratador.
El guardia civil interpretado por Vicente Romero da más risa que nada, pero quien se lleva la palma es Mariano Alameda que esta irrisorio. El talludo Walter Vidarte, que optaba al Goya al mejor actor revelación, que no se llevó, está bien pero no tanto como para recibir semejante premio.

Que se haya rodado en un pueblo de Ávila poco poblado, en la Sierra de Gredos como testigo, da a la película la soledad y precisa para que la mala suerte se ceba en unas personas a las que en un salto adelante son capaces de bajar a los infiernos, con la esperanza de cambiar lo que es irreparable.