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Madonna, la artista que se reinventa

MadonnaNo nos podemos resistir a poner otro video de ese magnífico programa que es La Hora Chanante y de su sección Testimonios, que es de lo más hilarante.

En esta ocasión la que nos desvela sus inquietudes es Madonna, que además, en exclusiva nos muestra los ensayos de la coreografía de la versión española de su penúltimo gran éxito «El tiempo pasa, despacico«.

Desde su diferentes looks por las décadas de los 80, los 90 y el actual, a los comentarios sobre su libro Sex, donde se la ve gozando o como le arriman la cebolleta o le meten el hocico, no creo que haya un segundo despreciable en todo el vídeo.

Hay que verlo.

[VIDEO NO DISPONIBLE]http://www.youtube.com/watch?v=VfS_nv776fM

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Otro Testimonio | Hugh Hefner

Vuelta de Vacaciones: El Síndrome Postvacacional

Ya que ayer veíamos la visión del Rock n’ Roll del Síndrome Postvacional, hoy vamos a ver la médica, que tampoco es que dé ninguna solución, porque la ideal sólo puede ser una: más vacaciones.

En septiembre, millones de personas retornan a sus trabajos. La vuelta a la rutina laboral viene acompañada, en ocasiones, por un exceso de tristeza e irritabilidad. Los psicólogos lo denominan síndrome posvacacional y dicen que afecta a uno de cada tres trabajadores. Los psiquiatras, por el contrario, niegan su existencia y lo reducen a un mero desajuste temporal de los hábitos. Idea Sana te muestra los dos puntos de vista.

Un año entero suspirando por la llegada de las vacaciones y en cuanto nos queremos dar cuenta… ya se han esfumado. Según un reciente estudio, la mayoría de los españoles no encuentra satisfacción en su trabajo y las vacaciones suponen el único periodo del año en que pueden disfrutar de la vida. Así que ¿cómo no sentirse triste cuando éstas terminan? Si ya resulta difícil madrugar cada lunes y llegar al trabajo con la sonrisa puesta, lo mismo sucede, pero a mayor escala, cuando volvemos de vacaciones. Nuestro cuerpo y nuestra mente se han abonado a la buena vida durante el descanso estival y ahora toca acostumbrarlos de nuevo a la rutina diaria.

Por regla general, tras reincorporarnos al trabajo y pasados unos días, nuestro organismo vuelve a habituarse al ritmo de vida laboral, y ese estado pasajero de desánimo que a casi todos nos acompaña los primeros días de septiembre desaparece. Ya lo dejó escrito el novelista británico Charles Dickens: “El hombre es un animal de costumbres”. Pero para algunas personas, el regreso a los quehaceres resulta especialmente doloroso. Se les cae el mundo encima. Cuando este desencanto se prolonga en exceso –más de dos semanas– o se manifiesta de forma muy intensa, los psicólogos hablan de síndrome posvacacional. Un mal aparente que en septiembre ocupa comentarios de periódicos y portadas de revistas pero que no logra poner de acuerdo a los especialistas. Los psiquiatras niegan su existencia –“ni síndrome, ni post, ni vacacional”, dicen– y reducen el problema a un mero «desajuste temporal de los hábitos de vida».

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Otra vez a la rueda: el síndrome postvacacional

Síndrome Postvacacional es como denominan los expertos a esa sensación que nos invade al volver de las vacaciones y tener que seguir viéndole la jeta al jefe, rebuscar en el buzón a rebosar del email los mensajes que no sean spam, que todo el mundo te cuente lo bien que se lo ha pasado y, lo peor de todo, madrugar de nuevo.

Los Suaves supieron interpretar muy bien esta sensación en la canción Siempre Igual, de su disco Esta Vida me va a Matar (1982):

Ocho de la mañana
suena el despertador.
Te levantas de cama
eso es lo peor.
Te arrastras al lavabo
la cabeza te estalla,
tomaste demasiado
ayer de madrugada.

Agua fría, alka-seltzer,
café negro, sin afeitar.
El calcetín no aparece
y además es muy tarde ya
al final lo encuentras
debajo de la cama.
Sales a la calle
maldiciendo la mañana.

La vida te sonríe,
hace frío y llovizna.
También sonríe tu jefe
allá arriba en la oficina
«¿Qué ha pasado Rodríguez?
Llega usted tarde otra vez.
Si se vuelve a repetir
voy a dar cuenta de usted».

Callas y sin decir nada
comienzas a teclear
así toda la mañana
hasta las dos siempre igual.
Diez años esperando
que te toque una quiniela
para escapar de esa vida
para escapar como sea.

Vuelta otra vez al trabajo
así pasas la tarde entera.
Como son muy generosos
sales a las ocho y media.
Sigue lloviendo en la calle.
Pasa una «tía» y la miras,
ella no te hace ni caso,
sigues andando y la olvidas.

Regresas de nuevo a casa
siempre sucia nadie espera.
La cena es congelada,
no hay ninguna sorpresa.
No puedes resistir más
la vida te ha traicionado.
Donde están tus sueños,
dime donde han quedado.

Te acercas al armario,
tu amigo «Dic» allí espera
destapas la botella
y vuelta otra vez a la rueda.
Otra vez a empezar,
siempre la misma historia,
cada día siempre igual.

En Devaneos | Los lunes tampoco se salvan