Nos juntamos para comer y una tía que es del País Vasco trajo «unas pastas«, un término genérico que se concretó en una caja de «2 kilos de pastas de te«. Ahí es nada, los vascos son así, pides unas pastas para el café y te venden una caja de pastas como esta.
En La Rioja las chuletitas de cordero al sarmiento son uno de los platos estrellas. Los sarmientos son las vides secas que se usan para darles fuego y cuando ya son brasas, poner encima de ella la carne a preparar. Además de morcilla, chorizo, careta de cerdo, y muslos de pollo deshuesados por ejemplo, mi plato preferido son las chuletitas de cordero, de poco tamaño y sabor exquisito, acompañadas de un vino de la tierra, ya sea crianza o un cosechero fresquito. Son chuletitas de leche porque el corderito solo ha probado la teta materna antes de ser sacrificado para colmar nuestro apetito y nuestros sentidos. Este fin de semana hicimos una chuletada y lo que nos papeamos tenía esta pinta.
La receta es tan sencillo como dejar que el sarmiento se reduzca a brasas, poner la carne en la parrilla, salarla lo justo, ponerla al fuego y no dejar ni que se chamusque ni que se quede cruda. Eso es todo.
Esta es una receta sencilla de hacer. Lo importante es que las almejas sean de buena calidad y de buen calibre (los italianos hablan de «vongole veraci«, esto es grandecitas. Necesitamos medio kilo para dos personas de almejas. Luego cogemos un tomate maduro, lo escaldamos para pelarlo y una vez pelado, lo machacamos con un tenedor.
Las almejas las ponemos con agua con sal una media hora, para que se abran. En una sarten ponemos aceite con un par de ajos a dorar, cuando están dorados los retiramos y echamos las almejas, dos minutos para que se abran y se doren, añadimos entonces el perejil y el tomate y lo tenemos otro par de minutos a fuego vivo. Si te va el picante añade también un par de cayenas.
A parte hemos puesto una olla a hervir con agua. Cuando hierve añadimos la pasta, en este caso, spaghetti. Lo dejamos al dente, que trisque. La escurrimos. Vertemos la pasta sobre la sartén donde están las almejas, removemos, servimos en el plato y nos lo comemos. Un plato rápido de hacer, que te reconcilia con la vida.
Si has seguido las instrucciones te tiene que salir algo parecido a lo que ves en la foto.
Este verano van a caer unas cuantas cajas como esta, una detrás de otra, pin, pan. Esta cerveza A.K de Damm es una delicia. Dicen que siguen el método alsaciano, me parece muy bien. No resulta nada amarga y entra que es una maravilla. EL envase de la botella como se ve en la foto es estilizado y de color marrón oscuro, con letras sobreimpresas en el vidrio.