Archivo del Autor: El achicador

Sin prisas, sin agobios, movimiento lento

Cittaslow

Se imaginan una ciudad que no ha sido contagiada por el ardor inmobiliario, que procura reducir la contaminación acústica y lumínica, que da preferencia al ciudadano sobre los vehículos, peatonalizando calles y fomentado el uso de la bicicleta o del paseo, que fomenta el consumo de los productos de la zona, de los productores locales, en detrimento de las grandes superficies, que fomenta el advenimiento de los artesanos y de profesionales liberales que ofrezcan multitud de servicios de toda índole. Pues bien en España hay algunos pueblos acogidos a eso que se ha denominado como movimiento lento, ciudades que rehuyen las prisas, los agobios, el vivir acelerado, que apartan el reloj, y optan por la tranquilidad, por el sosiego, por los paseos andando o en bici, que bajan el ritmo para no dejarse desbordar por la velocidad, por los tiempos frenéticos que vivimos, para así retomar las riendas de nuestras vidas, y lograr la armonía, tan necesarias para estar en paz con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Hay un libro publicado Elogio de la lentitud que da mas información sobre los aspectos se ven afectados por lo lento.

De momento, atendiendo a la información recogida en la página web del movimiento Cittaslow en España movimiento lento hay seis municipios acogidos a este movimiento;

* Begur
* Bigastro
* Lekeitio
* Mungia
* Pals
* Rubielos de Mora

Si has estado en alguno de estos pueblos de vacaciones o bien resides en ellos y quieres hacernos llegar tu comentarios, estaríamos encantados (en internet todos los artìculos que hablan del movimiento lento parecen fotocopias, pues todos dicen lo mismo).
No sabemos si esto del movimiento lento se trata de una moda o de una forma de vida, pero la iniciativa me parece muy positiva. Sigue leyendo

¿Vivir es consumir?

Desconocía la existencia del Día Mundial del Consumidor. Miguel García, de la Asociación de Consumidores Informacu Rioja-FUCI, escribe hoy un artículo de opinión en La Rioja y habla de ese día mundial del consumidor. Habla del lema «Vivir es consumir, consumamos para vivir», para luego comentar que el consumo genera puestos de trabajo lo que permite que muchas familias vivan con dignidad. Finalmente insta a quien pueda a que gaste, más o menos en función de sus posibilidades.
Yo creía que una asociación de estas características se preocupaba por defender los derechos de los consumidores, que somos todos, proporcionando herramientas para poder denunciar los abusos, que son muchos en una economía de mercado, donde muchas empresas y profesionales no hacen las cosas con la profesionalidad que debieran, pero de ahí a hacer una apología del consumo, y llegar a defender que «vivir es consumir, consumamos para vivir» hay un buen trecho.

Creo que debería apostarse por consumir de manera responsable, no a cualquier precio. Los recursos son limitados, el despilfarro manifiesto de décadas pasadas nos está pasando factura y precisamente lo que la sostenibilidad anhela es que nuestra sociedad pueda seguir subsistiendo unos cuantos siglos más, si bien hablar de desarrollo sostenible ya de por sí es un pleonasmo. El consumo a cualquier precio, sin miramientos, conlleva el esquilmamiento de los medios naturales y a menudo el deterioro de los medios humanos, supone arrasar con el medio ambiente; las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, otra forma de consumo a lo bestia, están ahí para quien quiera hacerse unas cuantas preguntas, sobre si el crecimiento basado en el consumo es directamente proporcional a la felicidad de los ciudadanos.
Bauman, el sociólogo, ha escrito mucho al respecto, tiene varios libros que versan sobre el consumo, e invito a leerlos porque hay unas cuantas ideas muy interesantes sobre el tema. Equiparar a los humanos a homo consumens, inculcar a los recien nacidos la necesidad de comprar, de consumir, además de empobrecer el espíritu humano, sería un error de consecuencias irreparables. La sociedad debe esta integrada por ciudadanos no por clientes

El PIB como indicador de la riqueza de una país está cada vez más en entredicho. Ya en su día J.F Kennedy dijo que casi todas las cosas que nos hacen felices, no forman parte del PIB, no cuestan dinero. Cierto. Limítemos nuestras necesidades, disfrutemos de las pequeñas cosas. No todo es gasto y consumo. De ahí que surjan iniciativas como los Bancos de Tiempo.

El hundimiento del comercio riojano

No tardamos mucho tiempo en darnos cuenta de que aquello de «los brotes verdes» era un camelo. La cosa no mejora sino que empeora. Ahí están las últimas cifras del paro. Paseando por Logroño vayas por donde vayas te encuentras con bastantes comercios cerrados. El otro día caminaba por el comienzo de la calle Calvo Sotelo, una calle céntrica, bien ubicada con mucho ambiente . Me encontré con este paraje desolador. Al menos nueve comercios cerrados, uno detrás de otro. Lo que en su día fueron bares, locales de colacación de toldos, papelerías, ahora están cerrados. Antes cerraban un local y pocos después abrían otro. Ahora esto no sucede. Los únicos locales que están abriendo en Logroño, media docena en menos de dos meses, son de Compra y venta de oro.

Comercio cerrado en Logroño en Calvo Sotelo

Comercio cerrado Logroño Calvo Sotelo
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La red social

Hay quien vive para los medios y quien vive de espaldas a ellos. Así con 500 millones de usarios serían cuatro los que sabrían el nombre del fundador de Facebook de no haberse rodado una película donde se explica la génesis del proyecto. Algo similar podemos decir de Napster que puso patas arriba y luego reventó la industria musical, o de otros artefactos que hay en internet como Google, Flickr, etc. Quien está detrás son informáticos y por lo general no gustan de salir en los medios.

En el caso del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, parece que el ánimo de lucro no era una de sus prioridades, sino hacer algo que los demás hacían pero mal, lograr nada menos que conectar a 500 milllones de personas, hacer del mundo el salón de tu casa, hacer que fluya la información, las fotos, las noticias de un lado al otro del globo de forma instantánea, sin que dé fallos, sin que el servidor se caiga.

Acabo de ver La red social, de David Fincher y me ha encantado. Había leído ya críticas muy favorables. El caso es que hace tres meses por nada del mundo me habría parado a verla pues saber más de Facebook era algo que no me atraía en absoluto. De hecho no tengo Facebook, ni tengo ningún interés en darme de alta. En alguna ocasión cuando he echado la vista atrás y me he preguntado qué habrá sido de algunos compañeros de escuela, miro en internet haber si tienen perfil en facebook, pero no he tenido suerte de momento.
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