Archivo del Autor: El achicador

Caillou

uNa niña viendo CaillouAlgo ha de tener Caillou pues está en todos los hogares donde hay niños. Los dibujos no son nada espectaculares, sino todo lo contrario, pues prima la sencillez. Los cuentos son cortos, y no es el típico cuento donde pasan aventuras increibles, sino que todo es mucho más real, así que el cuento puede versar sobre el día que Caillou hace camping, sube en autobús, acompaña a su padre a trabajar, ve una estrella fugaz, o ayuda a su madre a hacer galletas. Esta sencillez supongo que será lo que le ha dado el éxito a la serie, pues raro es el niño que no lo conoce. Es verdad que la serie funciona como un sedante para las criaturas de un par de años (como la niña de la foto, extraida de flickr, titulada Carlota viendo «Caillou»), no sé si también para las que son un poco mayores, a las que supongo que Caillou les parecerá un sosainas.
Caillou vive con su madre, y su padre, y una hermana pequeña. Tienen también un perro, y de vez en cuando reciben la compañía de sus abuelos. Todo es buen rollito, cuando Caillou hace alguna gorda los padres en el caso de recriminarlo lo hacen de tal modo que no lo parece y las más de las veces acaban todos riéndose de las «ocurrencias» de Caillou, que como dice al principio de cada serie cuentos tiene cuatro añitos y crece muy despacito……

Bombona de butano vs Gas ciudad

Bombona reinosa

A falta de gas ciudad algunos recurren a la bombona de butano de toda la vida. Ahí queda esta foto para el recuerdo. La hice en Reinosa, ciudad en la que en agosto muchos deben poner la calefacción porque hace mucho frío. En invierno ni te cuento.

Poesía orgásmica

‘A veces’

Escribir un poema se parece a un orgasmo:

mancha la tinta tanto como el semen,

empreña también más en ocasiones.

Tardes hay, sin embargo,

en las que manoseo las palabras,

muerdo sus senos y sus piernas ágiles,

les levanto las faldas con mis dedos,

las miro desde abajo,

les hago lo de siempre

y, pese a todo, ved:

¡no pasa nada!

Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:

«Lo digo y no me corro».

Pero él disimulaba.

Estupendo poema de Ángel González. No creo que la poesía sea como un orgasmo, sino las más las veces un atracón de azúcar, donde los poetas, o considerados tales, nos aburren hablando de amores imposibles, de corazones rotos, amaneceres fragmentados e ilusiones pulverizadas.

Me va más la prosa contundente de Bukowski o el sexo sin aditivos de Boris Vian.

Nuevas tendencias para el 2009: aparcar en las aceras

Calle Beneficiencia Logroño

En la calle Beneficiencia de Logroño todos los días del año, la acera presenta este aspecto. Docenas de coches ocupando la acera donde se supone debemos andar los paseantes. En caso de ir con un carrito de niño, ya puedes cruzar al otro lado de la calle, porque por la acera no cabes, gracias a los coches. No sólo en esta calle, sino también en la calle Trinidad o en Beratúa voy viendo que esta tendencia a aparcar en las aceras, va ganando adeptos. No entiendo como habiendo construido tanto parking en Logroño, sigue habiendo cada vez más coches en la superficie, aparcados de cualquier manera, para perjuicio de los paseantes, que ya no podemos ni andar plácidamente por las aceras. La cosa cada vez se pone peor y el incivismo se ha hecho dueño y señor de todo.

Lo mejor de todo es que no sé de nadie que haya sido multado por cometer día sí y al otro también estas infraciones, cuando la policía local podía ganarse un dinero fácil multando a todos estos coches, así alguno aunque no fuera por educación o civismo sino por acojone, decidiera dejar su coche en otro sitio, a la puerta de una iglesia o vaya usted a saber.