Ayer en las noticias después de que trincaran a tres hombres dispuestos a poner unas bombas en Alemania en el noticiero de la sexta hablaban una y otra vez del «terrrorismo islamista» y no alcanzo a entender a qué se están refiriendo. Se sabe que los detenidos, alemanes de nacimiento, se habían convertido al Islam y que practicaban esa religión pero cuando en Francia o en España se trinca a algún terrorista no se habla de «terrorismo católico» o «terrorismo cristiano». Que un puñado de terroristas comulguen con las tesis de su peculiar Islam no es motivo para crear el término «terrorismo islámico»

En su día cuando unos cuantos con la cruz y las espadas fueron a Suramérica a evangelizar y de paso a violar y matar cuantos hombres y mujeres encontraron en su camino se podía hablar quizá de terrorismo cristiano o la barbarie de la fe. Pero ahora el término «terrorismo islamista» parece que de modo interesado en los medios trata de crear una dependencia entre los dos términos, cual si de un mensaje subliminal se tratare, de tal manera que si pensamos en el Islam de modo involuntario pensemos en terroristas y en edificios que arden o explotan. El telediario de la sexta, con su editor al frente contribuye a esto, a exacerbar los ánimos para que la gente de la calle, levante su dedo y comience primero a señalar y luego a acusar. Mal camino. Habrá a estas alturas quien piense que los medios son independientes y que su labor es informar. Visto lo visto, despistan e intoxican más que otra cosa, pues su único afán es la notoriedad y el espectáculo y eso rara vez casa con la objetividad y el rigor. Hagan una prueba. Vean un telediario y apunten en un cuaderno todas las noticias que aparecen. Deje pasar un par de días y piense si eso que tiene delante es todo lo relevante que ha pasado en el mundo, pues lo que no se ve no existe, sino hay muchas más cosas, en otros países, si las noticias buscan un fin o no. Piense en ello y obtendrá la respuesta.