Tener un hijo se convierte para muchas parejas en una vía crucis. Mañana será otro día, de la autora surcoreana Keum Suk Gendry-Kim (Hierba), aborda todo este proceso gestacional desde su experiencia personal. Pero en su lugar sitúa a dos jóvenes de treinta años: Bada y San. Cuando deciden tener hijos descubren que no pueden. Los dos son infértiles.

Así las cosas acuerdan que Bada se someta a un tratamiento de fecundación in vitro. Este proceso será largo y pesaroso para la pareja. Más allá del sufrimiento emocional, compartido por ambos, la parte física (las intervenciones para extraerle los óvulos, la fecundación…) la arrostrará ella.

Sin ánimo de desvelarle a ningún lector si Bada y San tuvieron o no descendencia, o si fueron capaces de superar juntos tantos sinsabores, decido no ir más allá acerca del desenlace de la novela gráfica.
Si diré que Keum describe muy bien el entorno que rodea a la pareja: los padres de Bada y San. El no tener descendencia lo asumen sus progenitores como un fracaso, un motivo de escarnio y vergüenza. Y supone también una presión añadida para la pareja. Bada verá cómo, mientras ella sufre lo indecible para quedarse embarazada, otras amigas suyas se quedan embarazadas a las primeras de cambio, o bien, decidirán abortar porque no quieren ser madres. O la historia de su hermana Haeja, la cual tras muchos embarazos y abortos, dio a luz para apagarse ella. Todas estas historias periféricas no dejarán de hacer mella y menoscabar el maltrecho ánimo de Bada.

La historia y las imágenes, servidas en ocho capítulos y un epílogo están perfectamente empastadas y la lectura deviene muy fluida. Los tonos grises y negros empleados por Kim, a excepción del epílogo (en donde vuelve el color), el acertado juego de los claros y oscuros, permiten que lo leído trascienda, y el lector logre empatizar con el sufrimiento de Bada, con sus temores (el miedo a morir durante la sedación) y desvelos, con su imposibilidad. Además, cada página ofrece una distinta distribución de las viñetas, que pueden ser, tres (mientras nada, Bada reflexiona, por ejemplo, acerca de cuáles son las razones que la han impelido a querer ser madre: por la presión de la madre y los suegros, por el miedo a no poder quedarse embarazada más tarde, por el miedo a envejecer sola, para compensar con un hijo su fracaso profesional, al verse espoleada al descubrir que tenían problemas de fertilidad), cuatro, seis, o una. Prima la variedad en la apuesta gráfica, como se aprecia en La historia de San, donde los dibujos muestran un claro tono pesadillesco y opresivo. O antes, donde las palabras de su padre, a cuanta de su vástago sea un segundón, no dejan de reverberar en su cabeza, ahora que San ya es adulto y posible padre.
Mañana será otro día
Keum Suk Gendry-Kim
Traducción de Joo Hasun
Reservoir Books
2024
232 páginas
