Die Zweisamkeit (Francisco Hermoso de Mendoza)

Ha visto la luz mi novela Die Zweisamkeit. Publicada en Ápeiron Ediciones. Es más extensa que la anterior, 228 páginas. Puede ser tu lectura del verano. Hay humor, ironía, aventuras y desventuras y muchísimas cosas más.

Se puede adquirir en la web de la editorial, y en la distribuidora Distriforma en Todostuslibros, Amazon, Agapea, Elkar, Casa del Libro, Santos Ochoa (disponible en las cuatro librerías de Logroño, y también en las librerías de Soria, Torrevieja, Cartagena, Orihuela y Tudela) y la FNAC

Se puede tomar en préstamo en la Biblioteca Almudena Grandes de La Rioja:
Die Zweisamkeit en la Biblioteca de La Rioja

Enlace al catálogo.

Y en la Biblioteca Rafael Azcona. Enlace al catálogo.

Die Zweisamkeit

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Este es el comienzo:
Die Zweisamkeit

Y las referencias bibliográficas que nutren la novela:

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Y como el título de la novela sé que se las trae, de cara a facilitar las cosas al lector interesado que quiera hacer una petición de la novela en una librería física, dejo un audio para que se lo escuchen 100 veces.

Muerto de risa y Die Zweisamkeit
En las redes, como twitter, ya hay comentarios, a las dos novelas, Muerto de risa y Die Zweisamkeit. Gracias, Jorge, por leerlos y comentarlos. Ah, y preciosa la foto.

Y os animo (y os doy las gracias por adelantado) a hacer una desiderata de la novela en la biblioteca de vuestra ciudad de residencia.

– Reseña de Die Zweisamkeit por el escritor Juan Pablo Fuentes, responsable del longevo blog literario Cuchitril literario. Leer reseña.

Reseña de Die Zweisamkeit por el escritor Antonio Báez y entrevista en la Revista Penúltima.

– Reseña del escritor Manuel Fernández Labrada en El Cuaderno Digital y en su blog Saltus Altus

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Historias de la Artémila (Ana María Matute)

Historias de la Artémila de Ana María Matute, escrito en 1961, comprende 22 estupendos relatos.
Artémila es un territorio ganado a la imaginación, pero muy vinculado, no obstante, a los recuerdos infantiles de Ana María, a los años que pasó de niña en el municipio riojano de Mansilla de la Sierra, pueblo que fue anegado a principios de los sesenta.
La mirada de la autora no supone un canto bucólico a lo rural, más bien al contrario. Aquí importa más el paisanaje que el paisaje. No son fáciles las condiciones de vida en los pueblos: prima la escasez, y la miseria, menudea la enfermedad, y como colofón la muerte, que se ceba a menudo, en varios relatos con los niños.
Hay un hombre que fantasea con escapar, pero al final se queda junto a su mujer, otro que una vez fallecido el cónyuge experimenta un gran vacío que le obliga a exiliarse a una residencia de personas mayores.
Los niños deberían encarnar la pureza, la inocencia, pero no hay tal (o no como debiera), ya maliciados, apalizados, convertidos en correa de transmisión de la violencia recibida de sus progenitores, se enzarzan entre ellos, se toman la justicia por su mano, hacen sufrir al prójimo (otros niños), entregados a rencillas y venganzas.
En el ambiente hay una mezcla de tristeza y alegría. La de la madre que no ha superado la muerte de su hijo pequeño, la del niño que quiere huir con los foráneos, las jóvenes que mueren repentinamente de tristura, también el rayo de luz en la imaginación infantil, muy capaz de sortear gracias a ella la mostrenca realidad.

Mis relatos favoritos: El ausente, El gran vacío, El rey, Bernardino.

Ana María Matute| Pequeño teatro

Eva Baltasar

Mamut (Eva Baltasar)

Con Mamut (traducido por Nicole d’Amonville Alegría) Eva Baltasar cierra la trilogía iniciada con Permafrost y Boulder. La protagonista aquí es una joven que quiere quedarse embarazada ¿para qué? Esto lo sabremos más adelante. La lectura me traía en mentes otras dos novelas, Un amor de Sara Mesa y Los asquerosos de Santiago Lorenzo. La joven decide abandonar los trabajos precarios de la gran ciudad, Barcelona y como las cabras tirarse al monte o abrazar lo campestre. Ahí pienso también en la novela de Irene Solà, Canto yo y la montaña baila.
La soledad es una lucha por la supervivencia. Soledad minorada por la presencia de un pastor. Soledad que es viaje hacia el interior de su ser.
Los personajes de Eva Baltasar van por libre, se apartan del rebaño, cometen actos capaces de horripilar a los lectores, se mueven por instinto animal. Curioso el comportamiento de esas ovejas que una vez paren a sus crías las abandonan.
Hay cabida en el texto para lo arbitrario.
Eva maneja en Mamut una prosa eficaz, disparada y disparatada.
Su personaje busca desaprender para aprender lo necesario para sobrevivir y volver a la cueva, a un estado más primitivo, ¿más animal?

Recuerdo algo que leí ayer en un libro de Clara Obligado:

«Animal: del latín, animal, animalis. Que tiene alma. El soplo de la vida, que nos une».

Pues eso.