Archivo del Autor: El sibarita

Recetas de rosquillas

Receta de rosquillas.

Ingredientes

1 taza tamaño de café de anís
1 taza tamaño de café de aceite de girasol.
1 taza tamaño de café de azucar
1 sobre de levadura royal
1 huevo
harina la que pida.

Se bate el huevo y se añade el anís, el azúcar, el aceite, el sobre de levadura royal y se remueve. Se va añadiendo harina, la que admita. Una vez esté la masa se deja reposar media hora. Se dan forma a las rosquillas y se fríen en aceite de girasol. Se le puede añadir una pizca de sal, pero es opcional.

A mi abuela que me ha dado la receta le salen de vicio. Me dice que a la hora de freírlas el aceite no tiene que estar muy caliente, a fin de que se hagan por fuera y por dentro de quedan crudas. Hay quien añada una pizquita de sal, o deja reposar la masa media hora antes de freírlas. Eso ya cada uno que se lo componga como le plazca.

El chuletón vuelta y vuelta

Chuletón a la brasa al punto

!Dios!, se me hace la boca agua de ver la foto. Qué pinta más cojonuda tiene el chuletón,
!eh!. Mejor sabía. Nada como un chuletón a la brasa poco hecho, al punto, para disfrutar del sabor de la carne en todo su esplendor, con un poco de sal gorda por encima. No entiendo como hay gente a la que gusta la carne «muy hecha» casi calcinada. El negro sustituye entonces al negro y la carne parece entonces un estropajo y no sabe a nada. El restaurante donde comimos tan suculento manjar era uno del pueblo de Fuenmayor, afamado por sus asados, a escasos diez kilómetros de Logroño.

Enlaces | La carne roja y la artritis

Ron diplomático Venezolano

Ron Diplomático de Venezuela
Ron Diplomático de Venezuela

En estas fechas Navideñas aunque los precios están por las nubes y los comerciantes hacen el agosto, doblando y triplicando el precio de sus productos, son fechas en las que se disfruta y mucho comiendo: por tierras Riojanas se suele comer cardo y el rostrizo al horno, pero tampoco faltan los turrones, polvorones, mazapanes de Soto de Cameros y unos buenos pelotazos de Pacharán de Navarra.
Después de comer nada hay mejor que un buen cubata. Esto de tener familia allende los mares, al otro lado del charco hace que de vez en cuando, tenga en suerte disfrutar del exquisito Ron Venezolano.
El año pasado degusté el extraordinario ron Venezolano «Santa Teresa» y esta Nochebuena ha sido el Ron Diplomático. Es una auténtica delicia. Aquí nos llegan de Venezuela el Barceló y el Pampero, pero el Diplomático es difícil de encontrar. Despúes de pegarte un trago el regusto es dulzón es delicioso, un aroma a caña de azucar que embriaga los sentidos.
Si no les suena de nada, ahí les va la etiqueta que he escaneado.

Disfruten con la comida de Navidad. Si comen cocotxas de bacalao, no se cansen de cambiarles el agua con frecuencia, pues si no se desalan lo suficiente no hay quien las coma. Hoy confío que los «canelones a la catalana» (con carne de pollo, lomo de cerdo, paté…), y el consomé dejen el pabellón bien alto.

Polvorones Felipe II una delicia

Polvorones Felipe II una delicia

La Navidad además de verte en el brete de tener que desear unas felices pascuas al panadero, frutero, carnicero, pescatero, el que te viene a leer el contador del gas, los que reparten publicidad, compañeros de trabajo, del equipo de futbito, de la coral, de las congregación, también tiene alguna cosa positiva.

Para mi la Navidad son los polvorones Felipe II, que espero de año en año, con palpitaciones pre-polvorón. He comido polvorones bastantes, de muchas marcas diferentes pero como los Felipe II ninguno. Es una delicia, un éxtasis, una experiencia inenarrable.
Acabo de meterme ahora unos cuantos para el cuerpo y me relamo regurgitando su aroma y sabor, pero antes de dormirme definitivamente me he decidido a escanear el envoltorio del polvorón. Cada uno de ellos va envuelto en su papel, con una pegatina que indica que están hechos a mano, con su nº de lote.
Si tienen oportunidad pregunten por los polvorones Felipe II, no se arrepentirán.

El precio eso sí, no está nada mal. En Logroño los venden a 22 euros el kilo. En medio kilo entran una docena, así que vienen a salir casi a doscientas pesetas el polvorón. Que yo sepa, los venden en la Calle Gonzalo de Berceo, en la pastelería Guirlache, y en García Morato, en la tienda del Gourmet.