Archivo del Autor: El achicador

Espíritu peregrino

De vacaciones en Barro (Asturias), una tarde a la puerta de nuestra casa rural se asomó un hombre de unos treinta años pidiendo agua. Vimos que detrás suyo, en el suelo, había una gran mochila y deducimos que era peregrino. Le invitamos a entrar, pero permaneció fuera jadeando. Era francés, había comenzado El Camino del Norte en Hendaya, sólo, y todavía le quedaban unos cuantos cientos de kilómetros por andar. Le llenamos la cantimplora con agua natural pero comentó que del grifo también le iba bien. Preguntó por el albergue más próximo. Quería ir hasta el albergue de Nueva. Le quedaban unas cuantas horas de caminata. Le recomendamos que a su paso por Niembro se diera un baño en la Playa de Torimbia, que las vistas antes de descender hacia la playa son un espectáculo. Comentó que si no llegaba al albergue o estaba lleno dormiría en el suelo como otras noches. ¿Duro, no? le preguntamos. Soy peregrino, contestó. Lo dijo con el corazón. No buscaba comodidad alguna. Su rostro era el de alguien que sufre pero que al mismo tiempo gozaba, porque creía en lo que hacía y lo hacía con humildad. Había determinación en sus ojos. Un rato después, fuimos hacia Niembro con el coche y antes de llegar al pueblo lo vimos mirando un cartel por donde nacía un sendero. Momentos después El Camino lo había engullido.

Honorable

Según el RAE entendemos por honorable

(Del lat. honorabĭlis).

1. adj. Digno de ser honrado o acatado.

2. adj. Tratamiento que en algunos lugares se da a los titulares de determinados cargos. U. t. c. s.

Que el nuevo Presidente de la Comunidad Valenciana se refiera al anterior, Camps, que dimitió acusado de corrupción, como alguien honorable, como un dechado de virtudes, dice mucho de los derroteros a los que se encamina este país, ahora que las gaviotas no nos dejan ver el cielo, azul, por cierto.

El fin de una época (Iñaki Gabilondo 2011)

El final de una epoca Gabilondo Iñaki Gabilondo es ya una marca dentro del periodismo. Como él mismo afirma a lo que un periodista puede aspirar es a que se reconozca su integridad, que sea poseedor de unos valores, que los lectores reconozcan en él a alguien de confianza. Gabilondo, quien conoce bien el medio radiofónico y el televisivo, ha publicado a comienzos de 2011, El fin de una época, un libro de reducido formato, poco más de 150 páginas, donde hace unas interesantes reflexiones sobre cúal es la función del periodismo y la misión del periodista, sobre qué porvenir le augura a su profesión, criticando hechos que a todos resultan evidentes, como la obsesión por los índices de audiencia, donde cada punto del share, apareja unos beneficios, de ahí que sin importar la calidad del producto, lo fundamental es si el programa vende o no, esto es, si hay una audiencia detrás o no.
Comenta como de los millones de cosas que pasan en el mundo, solo se tienen en cuenta unas cuentas y como los medios siempre manejan la misma información, suministrada por unas cuantas agencias a nivel miundial, como los gabinetes de prensa proporcionan las noticias ya elaboradas a los medios, que lo más que hacen es difundirlas. Como todo está marcado por el espectáculo, como los telediarios abundan en lo catastrófico y en lo anecdótico, buscando lo espectacular, el morbo. El principal problema es el tiempo. Todo se digiere y vomita igual de rápido. No hay tiempo (ni ganas apunto yo) para la reflexión. El periodismo se ha contagiado de la publicidad y ofrece titulares a bombo y platillo, el cuerpo de la noticia pasa a un segudo plano.
Muchas más cosas comenta Gabilondo en este libro, que merece la pena ser leído. Gabilondo es una institución en el mundo del periodismo, un clásico. Sabe perfectamente que las cosas están cambiando, que todo va muy rápido, que internet traerá cambios a la profesión periodística. Todo es complejo. Gabilondo tiene su espacio en internet donde podemos ver sus videoblog. Cuando habla de los Bárbaros, supongo que se refiere a los que comenta Baricco en el ensayo de ese mismo título.

Ciudades italianas certificadas como Cittáslow

Citta slow

Para quienes tengan pensado ir a Italia a pasar unos días de vacaciones y no quiera agobios, sino disfrutar de los sitios que visite en su plenitud, ahí va un listado de ciudades italianas acogidas a la etiqueda Cittáslow. Son ciudades que no superan los 50000 habitantes, que priman el uso de la bicicleta, los comercios locales, entre otras cosas.

Abbiategrasso
Acqualagna
Acquapendente
Altomonte
Amalfi
Amelia
Anghiari
Asolo
Barga
Bazzano
Borgo Val di Taro Sigue leyendo