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La marca del lobo crítica película

La marca del lobo cartel películaNo sé si La marca del lobo tiene pensando estrenarse en los cines españoles, pero de no estrenarse, no nos perderíamos nada interesante, pues este nuevo acercamiento al «hombre lobo» nada nuevo aporta a las películas precedentes que han tratado el tema.

La película comienza cuando en una casa próxima a un bosque, unos hombres armados entran en una casa y la emprenden a tiros con todos sus habitantes. Solo una niña logra huir.
Luego la acción se desplaza al tiempo presente, en Rumanía, donde la niña, ahora es una mujer muy guapa llamada Vivian. La familia de la chica fue asesinada porque sus miembros eran hombres o mujeres lobo, y Vivian está llamada a ser la jefa de la manada de hombres lobos. La chica se gana la vida haciendo chocolates caseros (de ahí el nombre del título original Blood & Chocolate).

En escena aparece un chico americano, experto en hombres-lobos sobre los que ha escrito varios libros. Entre ellos dos surge el amor, pero ella no le dice su secreto, a fin de protegerlo. Mientras, el resto de la manada de lobos comienza a ver con malos ojos la relación de la pareja. Así que Vivian deberá decidir si quiere asumir su liderazgo o llevar una vida normal junto a su amor.

La película no es nada espectacular. Los efectos especiales se cuentan con cuenta gotas, y consisten en ver como los hombres y mujeres se transforman en lobos, mediante una luz blanca luminosa que permite la transformación.
Entre las caras conocidas está el Francés Olivier Martinez, que es Gabriel, el jefe de la manada, el cual se las tendrá con Vivian, cuando ésta le manifieste su deseo de dejarlo, de ser una más.

Al menos la película dura una hora y media, que he visto con total indiferencia, pues nunca logra hacer que entres en la película o que te sorprendas con algo de lo que ves en la pantalla, con una ristra de escenas a cual más anodina.

Mi abuela también navega por internet

Mi abuela  en internet

Desde que en Reyes le regalé a mi abuela un portatlil, la mujer está como loca, y no sólo ella sus amigos también. Su amiga Consolación chatea con sus hijos de México todas las tardes. Rosaura se baja los capítulos de Reblede Way. Purificación visita todas las mañanas la página de la COPE y elogia a Federico Jiménez Losantos al que quiere que le den el Premio Nobel de la Paz. Evaristo mira los resultados de los partidos de liga y ve fotos de los futbolistas de cuando era un chaval. Ahora mi abuela Gumersinda dice que cuando acabe su curso de mecanografía, si el reúma se lo permite, abrirá un blog, donde contará sus cosas. Lo que pasa en el pueblo y anécdotas de su vida. Internet está claro que cambia nuestras vidas.

El próximo Oriente crítica película de Fernando Colomo

El próximo Oriente cartel película Fernando Colomo se traslada al barrio de Lavapiés madrileño, a esa torre de Babel de etnias y nacionalidades para contarnos una bonita historia acerca de la integración del mundo islamista y el cristiano, a través de una pareja, ella musulmana, Aisha y él cristiano (o se se entiende aunque en ningún momento lo veamos ir a misa o confesarse católico) de nombre Caín, que por circunstancias de la vida deciden casarse cuando la chica se queda embarazada del hermano de Caín, un picaflor llamado Abel que encuentra tiempo fuera del matrimonio (con dos hijas) para flirtear con otras mujeres.

Antes de que la chica sepa que está embarazada Abel decide romper con Aisha y se va a trabajar a Canarias para su entidad bancaria. La chica asume la separación tirándose por el balcón. Caín que ya tenía fichada a Aisha pues va a comer con frecuencia al restaurante que tienen los padres de la chica, la acompaña al hospital. El «salto al vacío» se salda con unos rasguños y un poco de escayola. Allá la familia y también Abel reciben la noticia de que Aisha está embarazada y como ésta lleva consigo una llave de la casa de Caín y de Abel, todas las miradas se centran en Caín, el cual decide dar el callo, y asumir la paternidad del próximo bebe, convertirse al Islam y casarse con la chica.

Caín rezará sus cinco veces al día, respetará el Ramadán y en su casa no habrá en ese periodo ni carne, ni embutido, ni alcohol, pero se lo toma con buen humor. Durante la boda el padre de la chica sufre un tamacuco y es envíado al hospital, pasando Caín a convertirse en el referente masculino en la familia de Aisha. Así Caín deja o alienta que tanto la madre como las hermanas de Aisha se dediquen a lo que les gusta: escribir, pintar, cantar.

En ausencia del padre, incluso adecentan el restaurante, el cual no cumple con los requirimientos que marca la ley y lo convierten en un bar de copas, con música en directo, donde oímos la bonita voz de Aisha (Nur Al Levi).

La historia se nos cuenta con un tono desenfadado, en clave de comedia, donde está fábula se mueve con desenvoltura, con unos gags que funcionan unos mejor que otros, donde el mayor acierto de la misma es que sin pretender hacer un análisis social de esa sociedad multicultural, existente en muchas ciudades y pueblos españoles, todas las personas que aparecen en la película se nos muestran humanas, con sus inquietudes, sueños, sentimientos universales, independientemente de que unos lleven bonete y largas barbas y otros no, donde la religión no es un problema, sino una opción, donde Colomo no pierde ocasión para sutilmente poner en liza lo mejor de cada una de las religiones, apareciendo asuntos como la usura, el trato a los mayores, las infidelidades, en las charlas que mantienen Caín y el padre de Aisha, Shakir.

El próximo Oriente más allá de haberme hecho pasar un buen rato y provocar unas cuantas carcajadas es una apuesta por la integración, que defiende el diálogo, y el derecho a la diferencia y a no «señalar con el dedo» al que no es como nosotros.

88 minutos crítica película

88 minutes cartel películaAl Pacino a estas alturas ya no sé si actúa bien o no. En «El mercader de Venecia» lo vi actúar con tal exceso de muecas que me estresó. En 88 minutos es Jack, un forense del FBI, de proceder poco claro (es capaz de inducir un falso testimonio para salirse con la suya), el cual recibe una llamada que le avisa que en 88 minutos estará criando malvas. Además de forense, Jack, da clases de psicología en la universidad a unos alumnos muy espabilados, los cuales, cuando una de sus compañeras de pupitre aparece asesinada, todos ellos entran en la nómina de sospechosos.

Jack perdió a su hermana hace años, cuando era niña, y el asesino tardó 88 minutos en quitarle la vida, sin escatimar en vejaciones y actos macabros que Jack aún tiene frescos en el subsconsciente. Ahora que el presunto asesino de su hermana y de otras mujeres está en la cárcel, a escasas horas de ser ejecutado con una inyección letal, alguien trata de crear confusión, asesinando con el mondus operandi del detenido, dado que si el asesino está encarcelado, alguien fuera trata de hacerse pasar por él o ¿acaso quién está en la cárcel no es el asesino?.

Todos los que pululan por ahí parecen sospechosos de estar detrás de las llamadas que recibe Jack, el cual se las ingeniará para desenmascarar al acosador telefónico. Desde que recibe la llamada, los 88 minutos transcurren en tiempo real, así que todo transcurre a un ritmo frenético en esa cuenta atrás, en la que Jack no ganará para sobresaltos y contratiempos, giros inopinados, golpes de efecto, que permiten pasar un buen rato, con esta entretenida historia, donde la intriga y el suspense se dan la mano.Entre los rostros conocidos están Amy Brenneman (la chica que descubrimos en Policías de Nueva york y en Pánico en el tunel), Leelee Sobieski (Eyes Wide Shut), William Forsythe