Archivo por años: 2007

Verdades como puños

– A los ahorcados se les hace un nudo en la garganta.
– Igual para los perros somos cosas que tiran palos…
– Nada dura tanto como un amor imposible.
– Los avaros deberían morir de cálculos.
– El dinero no hace la felicidad porque los ricos no necesitan ser felices.
– Arrojarse al abismo es una precipitación.
– La lombriz es un animal sin pies ni cabeza.
– Nada produce tanta rabia como la mordedura de un perro rabioso.
– Los cuernos convierten la frente en una afrenta.
– El psiquiatra es un médico demente, perdón, de mente.
– Nada tiene tantos sinónimos como las cosas innombrables.
– Autobiografía de un jamón: Yo era un cerdo pero me curé.
– Las reglas sin numerar son las mejores para medir a ojo.
– Es mejor no saber como se hacen las salchichas ni las leyes.
– Un hombre sin religión es como un pez sin bicicleta.
– Así se avanza en la vida: Primero uno cree en Papá Noel, luego uno no cree en Papá Noel, y al final uno es Papá Noel.
– Primer descubrimiento en la mañana de navidad: las pilas no estaban incluidas con el juguete.
– Primer descubrimiento en la tarde de navidad: el niño tiene un juguete novedoso y notará que el padre estará jugando con él mientras el niño jugará con la caja en que vino el juguete.
– Si los borrachos estuvieran en el poder lo tendríamos todo doble.
– El seguro lo cubre todo, menos lo que pasa.
– A las cuatro de la mañana nunca se sabe si se es demasiado tarde o demasiado temprano.
– El cristianismo podría ser bueno si alguien intentara practicarlo.

Don Quijote y los enamorados

Y que el de casarse los enamorados era el fin de más excelencia, advirtiendo que
el mayor contrario que el amor tiene es la hambre y la continua necesidad,
porque el amor es todo alegría, regocijo y contento, y más cuando el amante está
en posesión de la cosa amada, contra quien son enemigos opuestos y declarados la
necesidad y la pobreza….

-El pobre honrado, si es que puede ser honrado el pobre, tiene prenda en tener
mujer hermosa, que, cuando se la quitan, le quitan la honra y se la matan. La
mujer hermosa y honrada, cuyo marido es pobre, merece ser coronada con laureles
y palmas de vencimiento y triunfo. La hermosura, por sí sola, atrae las
voluntades de cuantos la miran y conocen, y como a señuelo gustoso se le abaten
las águilas reales y los pájaros altaneros; pero si a la tal hermosura se le
junta la necesidad y la estrecheza, también la embisten los cuervos, los milanos
y las otras aves de rapiña; y la que está a tantos encuentros firme bien merece
llamarse corona de su marido. Mirad, discreto Basilio -añadió don Quijote-
opinión fue de no sé qué sabio que no había en todo el mundo sino una sola mujer
buena, y daba por consejo que cada uno pensase y creyese que aquella sola buena
era la suya, y así viviría contento. Yo no soy casado, ni hasta agora me ha
venido en pensamiento serlo; y, con todo esto, me atrevería a dar consejo al que
me lo pidiese del modo que había de buscar la mujer con quien se quisiese casar.
Lo primero, le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda, porque la
buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con
parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas
y libertades públicas que las maldades secretas. Si traes buena mujer a tu casa,
fácil cosa sería conservarla, y aun mejorarla, en aquella bondad; pero si la
traes mala, en trabajo te pondrá el enmendarla: que no es muy hacedero pasar de
un estremo a otro. Yo no digo que sea imposible, pero téngolo por dificultoso.