Archivo de la categoría: Ariel

Lecturas 2018

Esta es la relación de los libros que he leído y reseñado en 2018. Una acertada selección de las lecturas me ha permitido sustraerme -y a su vez desafiar los preceptos délficos: ya saben, aquello de «Nada en exceso«- a uno de los grandes riesgos que corremos los lectores compulsivos: el empachamiento.

Feliz año y felices lecturas.

Ecce homo (Friedrich Nietzsche)
Un verano con Montaigne (Antoine Compagnon)
Algo va mal (Tony Judt)
Nuevas lecturas compulsivas (Félix de Azúa)
El silencio de los libros (George Steiner)
De una palabra a otra: Los pasos contados (Octavio Paz)
Fragmentos (George Steiner)
Nostalgia del absoluto (George Steiner)
Autobiografía sin vida (Félix de Azúa)
Hyperion (Friederich Hölderlin)
Parad la guerra o me pego un tiro (Jacques Vaché)
Los Muchos (Tomás Arranz)
Breve historia del circo (Pablo Cerezal) Sigue leyendo

Henry David Thoreau

Henry David Thoreau (1817-1862)

Este año se cumplen 200 años del nacimiento de Henry David Thoreau. A lo largo de este año me he acercado bastante a su figura y a su fondo, o eso quiero pensar.
Hasta la fecha solo había leído su ensayo manzanil titulado Las manzanas silvestres. Un ensayo que no me había dejado ninguna huella.

www.devaneos.com

Toni Montesinos

Con la excusa del bicentenario he leído, para mí bien, tres estupendas biografías, la de Toni Montesinos, titulada El principio de los principios. Como vivir con Thoreau, la de Robert Richardson titulada Thoreau. Biografía de un pensador salvaje.
Robert Richardson

Robert Richardson

y finalmente la de Antonio Casado da Rocha, que fue el que escribió en castellano la primera biografía, esencial, de Thoreau. Thoreau_portadaLeyendo estas tres biografías creo que nos podemos hacer una idea aproximada de la vida y pensamiento de Thoreau. Los títulos de las biografías ya ponen el acento en conceptos importantes. Montesinos habla de principios y lo interesante sería como extrapolar el hacer de Thoreau a nuestros días, cómo mantener esos principios suyos, su austeridad, su vida sencilla, que no simple, ese recogimiento interior, su capacidad de análisis y su aguda mirada capaz de escrutar y sacar juego a cuanto le rodeaba, en especial la naturaleza, de la que se confesaba devoto.
La biografía de Robertson hace hincapié en la figura de Henry David Thoreau como pensador.
A mí me sorprendió descubrir a un Thoreau lector empedernido, investigador, erudito, políglota, traductor al inglés de obras clásicas griegas, en suma, un coloso del saber, cuyos conocimientos obtenidos con sus infinitas lecturas volcaría al escribir su Walden, donde plasmó su experiencia en su cabaña, enriquecida con todo lo leído. Un libro que me gustó menos que las tres biografías leídas, porque a pesar de la fama de Walden, libro que seguramente muchos conozcan, al menos de oídas, no me parece un libro totalizador, representativo de Thoreau, pues se me antoja parcial, porque Thoreau es mucho más que Walden.
Thoreau ya advertía, para que nadie se llevara a engaño, que lo suyo en la cabaña era un experimento, un medirse consigo mismo, el ser capaz de materializar una idea, de ejecutar un propósito que muchos no entendían, un experimento que cualquiera podría realizar, porque la cabaña no era otra cosa que la metáfora de un empeño, la de hacer tu propio surco y no seguir el trillado camino de los padres, tener un propósito firme e ir con tesón tras él. WaldenLeyendo estas tres muy recomendables biografías constataremos que Thoreau hasta el día en que murió se mantuvo fiel a sus ideales, a su vida recogida, austera, entregada al estudio, al conocimiento, trabajando lo justo para mantenerse ya fuera en sus labores como agrimensor o en la fábrica de lapiceros de su padre, donde su saber se convirtieron en mejoras importantes, como innovaciones, en la elaboración de las puntas de grafito, sin ambicionar nada, tratando eso sí ya al final de sus días de colocar sus escritos, a fin de que su madre y su hermana obtuvieran algún rédito del colosal trabajo de Thoreau en el mundo de las letras, del cual siempre estuvo desterrado, obteniendo muy escaso reconocimiento en vida, al contrario, por ejemplo que Emerson, que en sus inicios obró como mentor y padre espiritual. Reconocimiento que le ha llegado a Thoreau unas cuantas décadas después de su temprana muerte, porque creo que dos siglos después hoy sus pensamientos, su actitud, sus ideas, su compromiso (fue un declarado abolicionista) nos interesan, nos motivan, nos seducen y nos sirven (y servirán) como faro en esta noche oscura.

Meditaciones

Meditaciones (Marco Aurelio)

Marco Aurelio
2016
Ariel
152 páginas

Este texto era uno de los libros de cabecera de Bill Clinton.

Marco Aurelio fue emperador romano, libró batallas, tuvo el destino de un imperio en sus manos y al final de sus días le dio por pensar acerca de lo que había sido su vida, fruto de lo cual plasmó en un papel sus pensamientos, reflexiones, máximas ajenas, que actúan como algo que debemos hacer, como una norma de conducta a seguir en nuestro proceder.

El texto, presentado que como la suma de varios libros, es un batiburrillo que a ratos resulta reiterativo. El mensaje es positivo; hay que tratar con corrección al otro, asumir que somos seres sociales, que nos necesitamos y que debemos respetarnos, que hay que escuchar al otro -también las críticas y reproches que nos hagan- que hay que vivir el ahora (ahí va en la línea de Séneca), que no hay que prestar atención a los que quieren hacernos daño, que hay que ser mesurados y juiciosos (Si no es conveniente, no lo hagas; si no es cierto, no lo digas. Sé dueño de la iniciativa) hay que aprender de los maestros y de los pescriptores con humildad, que hay que domeñar las pasiones de la carne, que nuestra conducta ha de ser intachable, que hemos de ser correctos en nuestro actuar, que la vida es un soplo y hay que vivir el presente, haciendo un buen uso de él, sin anhelar riquezas ni glorias venideras. Entendida la buena fortuna como las buenas inclinaciones del alma, los buenos impulsos, las buenas acciones.

Venera la capacidad crítica y luego recomienda no opinar, pues así nos evitamos problemas y afrentas.

Recomienda vivir de acuerdo con la naturaleza, no ser orgulloso (El orgullo bajo la máscara de modestia es el más lamentable de los orgullos). El hombre está en manos de los dioses, que son los que nos guían, dice Marco Aurelio, es dios interior que es la inteligencia y la razón.

Consérvate sencillo, puro, bueno, grave, natural, amigo de la justicia, piadoso, benévolo, afectuoso, firme en el cumplimiento de tus deberes. Lucha por permanecer tal como la filosofía ha querido hacerte.

Sin estar de acuerdo en todo lo que dice, el libro es interesante por lo que ofrece, por lo que propone, por su claridad y su enfoque humanista, buscando lo positivo, lo constructivo, animándonos a canalizar nuestros esfuerzos en lo importante y no en lo accesorio, lo banal, en aquello que nos debilita y emponzoña.