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Plegarias nocturas (Santiago Gamboa 2012)

Santiago Gamboa Plegarias nocturnas portada libro Editorial Mondadori
Santiago Gamboa
Editorial Mondadori
2012
286 páginas

Plegarias nocturnas lo entiendo como un libro de resistencia, si acaso el término todavía es portador de alguna clase de contenido en estos días, donde en los países occidentales, las barricas han reemplazado a las barricadas.

El autor, Santiago Gamboa es colombiano, pero ha vivido en Madrid, París y ahora en Nueva Delhi. Ha viajado y eso le da la suficiente perspectiva como para hablar de su país, Colombia, sin dejarse nada en la manga.

La historia, es una historia de amor fraternal imposible, entre Manuel y su hermana Juana. Al primero lo trincan en un aeropuerto en Bangkok con unas pastillas y las autoridades locales lo acusan de tráfico de drogas. Su vida corre peligro pues en el caso de no declararse culpable lo pueden sacrificar en el acto. Entonces pide ayuda y al reclamo acude el cónsul colombiano en Nueva Delhi (pues en Bangkok no hay consulado colombiano), quien actuará como puente entre Manuel y Juana.

Primero Manuel nos desgrana su historia, sus primeros años, su iniciación a la lectura, su relación con unos padres entregados a la causa de Álvaro Uribe, su comienzo en la universidad, mientras su hermana Juana, es una presencia borrosa, difuminada por sus constantes ausencias, que le llevará al cine, le comprará libros y pintura para sus graffitis, que se preocupará por él, y le ofrecerá todo aquello que suplirá en alguna medida su no presencia.

Cuando el cónsul se implique en cuerpo y alman en la búsqueda de Juana, esa presencia hasta entonces velada, tomará cuerpo y voz para adensar y alimentar la trama.

Situar la historia en determinado momento en Teherán, con aeropuertos y visados de por medio, recuerda mucho a la película Argo y atender a la confesión que Juana hará al consul a lo largo de 65 páginas ininterrumpidas, nos la presentará como una Rosario Tijeras, que ansía ser como la protagonista de la película Colombiana, utilizando el sexo como un arma de destrucción masiva, que manipulada con tiento puede causar estragos.

Pero los personajes, Manuel y Juana, se golpean contra el muro de la realidad y son tumbados.

Manuel y Juana ansían el esperado reencuentro y Gamboa nos mantiene en ascuas hasta el final, y lo que le da entidad al libro y lo hace relevante, es esa pasión que Gamboa siente por su oficio de escribir, de ahí que las páginas estén plagadas de citas, de referencias literarias, como si más que crear algo nuevo, un escritor lo único que puede hacer es añadir algo más en ese palimpsesto que es la literatura universal, dar unas leves pinceladas en ese lienzo de Pollock que es el Mundo.
Y más allá de la literatura que contiene la novela, de esos zigurats literarios con los que rematar una bonita velada entre amigos, está muy presente el contenido político, la denuncia explícita de los ocho años del régimen de Uribe y de los suyos, su connivencia con los paramilitares, su lucha con los terroristas dándoles a probar su misma medicina, una política de chantaje y extorsión con la que bajarse o desaparecer a elementos indeseables que osaran cuestionar las decisiones del Presidente. Un régimen el de Uribe, puesto ahí y apoyado por la clase media, la más servil y aborregada, que llega a creerse eso de que ciertas muertes son necesarias cuando lo que está en juego es la supervivencia de la Patria. Una violencia real y explícita que se vería reemplazada por otra violencia latente.
En ese territorio Gamboa no da puntada sin hilo y la voz descreída y cínica del personaje Echenoz, contada a través de Juana, deja las cosas en su sitio.

Otra cosa que me ha gustado es como maneja el lenguaje Gamboa. Así nada tienen que ver las páginas en las que el Cónsul aparece con las que la protagonista es Juana, a medida que esta se interna en ciertos círculos y ahí el lenguaje colombiano lo inunda todo, con una prosa fluida y absorbente, donde todo es sexo, droga y don perignon.

Plegarias nocturas es bastante más que un libro entretenido, merced a sus múltiples escenarios, a una historia de amor fraternal contrarreloj, ya que contiene un mensaje escondido entre sus páginas, que vale la pena descifrar.

Horizonte literario

Horizonte literario

En mi horizonte más próximo se perfilan nuevas lecturas. Unas llegarán a puerto. Otras no. Veremos. Lo que me llena de gozo es ir detrás de un libro y encontrarlo en la Biblioteca. Esto no siempre sucede. La última novela de Aparicio Belmonte por ejemplo aún no lo han comprado. El resto de los que pretendía sí. Si continuan los recortes en los Presupuestos de la Cultura y las Bibliotecas dejan de adquirir libros o lo hacen en menor medida, los lectores vamos a tener entonces muy crudo leer todo lo que nos gustaría leer, lo cual sería lamentable se mire por donde se mire.

1. Norte. Edmundo Paz Soldán. De su libro Billie Ruth me leí la mitad de sus relatos. Se tratará de una lectura intermitente, de cuya novela hablaré cuando la finiquite. Norte aparecía por ahí perfilado como uno de los mejores libros de 2011.

2. Mi madre es un pez. VV.AA. Relatos de autores más o menos conocidos. Fernando Clemot, Jon Bilbao, Esther García LLovet, Javier Moreno, Rodrigo Fresán, Ricardo Menéndez Salmón, Javier Calvo, Alberto Olmos y otros que no conocía, pero que me han agradado mucho: Gabriel Sofer, Andrea Jeftanovic, Aixa de la Cruz, Manuel Jabois.

3. López López. Juan Aparicio Belmonte. Una vez leído Mala suerte, no podía menos que leer algo más de Aparicio. Al mal tiempo buena cara, y mucho humor.

4. Constatación brutal del presente. Javier Avilés. Un libro del que he leído maravillas en la blogosfera. A ver si es para tanto.

5. Bajo el influjo del cometa. Jon Bilbao. Su novela Padres, hijos y primates, no me gusto en demasía. Reincido de todas maneras. Uno de los mejores libros de relatos publicado estos últimos años, he leído por ahí. ¿Será para tanto la cosa?.

6. Señales que precederán al final del mundo. Yuri Herrera. Este libro es una cucada. Ideal para llevartelo en el bolsillo de la chaqueta, y sacártelo (el libro) en esos momentos que se acumulan gestando horas muertas.

Día del libro, recomendaciones y lecturas 2013

Hoy, 23 de abril se celebra El Día del libro. Un buen invento para que la gente se deje los cuartos comprando libros. Otra cosa es que luego se lean, pero al menos es un paso y le da algo de vidilla al mundillo editorial, que nunca viene mal.

Pero al final, el movimiento se demuestra andando, esto es, leyendo. Me lo he tomado al pie de la letra. Hasta el día de hoy estas son mis lecturas en lo que llevamos de año.

Si quieres alguna recomendación que te oriente a la hora de regalar un libro, en este listado hay un buen puñado, cuya lectura es casi indispensable: El libro de las maravillas, Matate amor, Será mañana, Antigua Luz, Absolución, Intemperie, El niño que robó el caballo de Atila, Naturaleza Infiel, Victus, 2020...

Los libros van numerados atendiendo al orden en el cual los he ido leyendo a lo largo del presente año y no en base a mis preferencias.

1. Antigua Luz (John Banville 2012)
2. El centro del frío (Salvador Galán Moreu 2011)
3. Victus (Alberto Sánchez Piñol 2012)
4. La lluvia antes de caer (Jonathan Coe 2009)
5. Las crudas (Esther García Llovet 2009)
6. Matate amor (Ariana Harwicz 2012)
7. Naturaleza infiel (Cristina Grande 2008)
8. Una vida sin ayer (Edoardo Nesi 2012)
9. La ciudad feliz (Elvira Navarro 2009)
10. Sobre la felicidad a ultranza (Ugo Cornia 1999)
11. Absolución (Luis Landero 2012)
12. Un centímetro de mar (Ignacio Ferrando 2011)
13. El origen del mundo (Pierre Michon 1996)
14. La mano invisible (Isaac Rosa 2011)
15. Una extraña historia al este del río (Nagai Kafu)
16. El hombre del salto (Don DeLillo 2007)
17. La conquista del aire (Belén Gopegui 1998)
18. El alcohol y la nostalgia (Mathias Énard 2012)
19. El secreto del orfebre (Elia Barceló 2003)
20. El viaje de Urien (André Gide 1893)
21. La patria de todos los vascos (Iban Zaldua 2008)
22. La escala de los mapas (Belén Gopegui 1993)
23. Será mañana (Federico Guzmán Rubio 2012)
24. Click (Javier Moreno 2008)
25. Los andantes (Federico Guzmán Rubio 2010)
26. La mujer de Strasser (Héctor Tizón 2012)
27. Buda en el ático (Julie Otsuka 2011)
28. Diario de una caída (Michel Laub 2013)
29. Los fantasmas (César Aira 1990)
30. La ciudad y los cerdos (Miguel Espigado 2013)
31. El país imaginado (Eduardo Berti 2012)
32. Intemperie (Jesús Carrasco 2013)
33. Paseos con mi madre (Javier Pérez Andujar 2011)
34. 2020 (Javier Moreno 2013 Lengua de Trapo)
35. El niño que robó el caballo de Atila (Iván Repila 2013)
36. Peaje (Julio de la Rosa 2013)
37. Acantilados de Howth (David Pérez Vega 2010)
38. La máquina de languidecer (Ángel Olgoso 2009)
39. En la orilla (Rafael Chirbes 2013)
40. La transmigración de los cuerpos (Yuri Herrera 2013)
41. Tejidos y novedades (Cristina Grande 2011)
42. El libro de las maravillas (Fernando Clemot 2011)
43. Islas flotantes (Joyce Mansour 2012)
44. Los soldados (Pablo Aranda 2013)
45. Mala suerte (Juan Aparicio-Belmonte 2003)
46. Perú (Gordon Lish 2009)
47. Ben Lerner (Saliendo de la estación de Atocha 2013)

Mala suerte (Juan Aparicio-Belmonte 2003)

Portada libro Juan Aparicio-Belmonte
Juan Aparicio-Belmonte
Editorial: Lengua de Trapo
Año: 2003
189 páginas

Una amiga se empecinó en que me comprara, Un amigo en la ciudad, el último libro de Juan Aparicio-Belmonte. Lo busqué en la Biblioteca y no lo habían comprado (!malditos recortes!), pero me llevé otro del mismo autor, Mala suerte, el primero que Aparicio-Belmonte publicará allá por el 2003 y por el que se llevaría el I Premio de Narrativa de Caja Madrid.

El premio consolación de todas maneras me ha salido un patanegra.

Los libros hay que sacarlos de las bibliotecas, de las casas, cogerlos de las manos (del lomo), que vean mundo, que vayan de bares. Este ejemplar me lo llevé a un bar, y mientras lo leía, no pude menos que echarme unas risotadas, lo que propició que el camarero levantara la cabeza por encima de la barra, la recorriera hasta el final y echara un vistazo al nombre del libro que lo tenía así dispuesto (mirando al tendido) mientras iba al baño.

¿Belmonte?. Al leer ese nombre, el pueblo, piensa en corridas de toros. Habrá quien incluso mente a Manuel Chaves Nogales y su libro sobre el torero y hay que coger entonces el toro por los cuernos y rematar la faena. No, no es ese Belmonte, éste, nació en Londres y no es torero (que yo sepa).

El libro me ha gustado mucho. Ha sido una descomunal sorpresa. Tengo otros cuatro libros más de Aparicio-Belmonte en la recamara.

¿De qué va? ¿Por qué es tan bueno?. Apuntad, despacito y con buena letra:

Un legionario, técnico de luces, histérico, psicopático, de la margen izquierda.
Una Comisario despampanente, con aureola, entregada a su trabajo y a la resolución de un caso: dos crímenes.
Un novio joven (el de la comisario) que está escribiendo una novela de mierda.
Un inspector de policía fofo y blando y una panda de oficiales, que son una panda.
Un abogado obsesionado con su mala suerte, examinado por un psicoanalista.
La mujer del abogado (su carichi) que pinta cuadros de paisajes.
Un camello con una melena bisbaliana, que de tan perfecta parece una peluca.
Un psicoanalista que recibe los envites del abogado, guarecido tras sus gafas oscuras, a quien le hubiera venido bien un chaleco antibalas.
Madrid. El Barrio de Salamanca. El Barrio de la Ventilla.
Un novio celoso que ve fantasmas donde sí los hay.
Una secretaria (la del abogado) que convertirá su coqueteo en la perdición de su novio.
La pasión, el deseo, las infidelidades (no consumadas), las heridas que van camino de cerrarse, la Mala Suerte que dará título a una novela dentro de la novela.

¿Es esto una reseña?.
No
¿y?