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¿Por qué escribe? Respuesta a una encuesta~ Jeanne Hersch

Por una serie de razones, me resulta difícil hablar de mis propios libros. En primer lugar, porque mantengo muy poca relación con ellos una vez escritos: una relación, por lo demás, ambigua. En cierto sentido, los olvido, y cuando les doy una ojeada me asombran. Su estilo me sorprende casi tanto como mi voz por la radio. No obstante, permanecen cerca de mí, incluso dentro de mí; basta que alguien hable bien o mal de mis libros para que sepa que, inmediatamente, al hablar ellos, se está hablando de mí. De un mí que es mi yo esencial, sensible y fatalista, capaz de alegría o de tristeza, pero no de indignación ni de actitud combativa, entregado a lo que ya no depende de él.

Jeanne Hersch. El nacimiento de Eva.
Traducción de Rosa Rius Gatell.
Acantilado. 2008

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Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita (Josep Maria Esquirol)

Josep Maria Esquirol
Acantilado
2021
174 páginas

Josep Maria Esquirol logra que sus ensayos filosóficos, como el presente, resulten sumamente amenos, quizás porque las ideas que expone y la manera en las que las presenta y desarrolla ofrecen algo parecido al amparo que ofrece una prosa lenitiva. Y no porque vaya el autor por los derroteros de la autoayuda, que no va, ni ofrezca soluciones, que tampoco, sino porque su escritura, su filosofía, la entiendo y así la leo como una filosofía para la que el principal infinitivo es amar, un ideal, una meta que liga y casa bien con la bondad, que entiendo cada vez más necesaria en tiempos convulsos y furibundos.

Unas palabras que ya desde el título sitúan al humano, más humano como su objeto de estudio y de preocupación. El humano que nace de la nada y ahí la maravilla, herido desde el nacimiento por la vida, la muerte, el tú y el mundo.

Humano vulnerable y contingente, entre el cielo y la tierra, entre la gravedad y la entropía, con su piel fina y su corazón grande, aquel que siente cuando toca y sus ojos se humedecen, aquel que canta y celebra la vida, y pregona su existencia, que supera lo binario, no el cero y el uno, que también, sino el día y la noche, la luz y la oscuridad, capaz de doblegar la lanza lacerante para hallar la curva de la sonrisa, del abrazo, del regreso, del reencuentro, aquel que no quiere ser un superhombre sino sencillamente ser más humano, fortaleciendo aquello que nos hace más humanos, no en su apartamiento del mundo sino con más mundo, con más contacto, con más afecto y comprensión, en su repliegue del sentir, buscando más el ayuntamiento y el ligamento que la escisión.

El roce de la muerte siempre está ahí, lo sabemos bien, pero si hacemos de nuestra existencia algo concreto, intenso y consistente quizás logremos lidiar los embates del nihilismo, mientras duramos y somos y amamos.

La Comedia

Leer la Comedia de Dante con traducción de José María Micó ha sido toda una experiencia. El texto leído me resulta fluido, evocador, musical, y en bastantes momentos subyugante.

He tenido la sensación de que este fantástico poema, no obstante, va de más a menos. Como el poeta que necesita de la tristeza y la aflicción para crear, tengo la sensación de que algo parecido sucede aquí. Cuando Dante deambula por el Infierno acompañado de Virgilio, el libro tiene mucho más garra, más mordiente, más intensidad y me resulta mucho más atractivo y subyugante que cuando van ascendiendo hacia el Purgatorio y luego hacia el Paraíso y Dante reencuentra a Beatriz.

Lo que ha pasado a la posteridad está claro que ha sido el infierno dantesco. Sin ir más lejos estaba viendo ayer la segunda temporada de El sabor de las margaritas y los guionistas de la serie recurren a la Divina Comedia, a pasajes del Infierno, a extractos y citas que le sirven al asesino para su puesta en escena.

La edición de Acantilado es primorosa y cuenta con la nueva traducción de José María Micó. El texto es bilingüe. Acompañado de un extenso apéndice dónde se recoge los nombres y una mínima biografía de cada uno de los muchos personajes reales que aparecen en el poema. Al final tenemos también alguna ilustración curiosa, en la que obtenemos una representación del universo dantesco.

La Comedia

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Diario de un viejo cabezota (Reus, 2066); Pablo Martín Sánchez

Pablo Martín Sánchez nos transporta en su última novela, Diario de un viejo cabezota, a 2066, a un antiguo sanatorio mental situado en Reus. Ha ocurrido una Tercera Guerra mundial, otra Guerra Civil, ha tenido lugar el gran apagón digital y hay una moratoria que obliga a los habitantes de la Península Ibérica a abandonarla antes del uno de octubre, el día después de la finalización de este diario, el cual le sirve a su autor para ocupar las horas, dejar testimonio de sus últimos meses, regodearse en sus recuerdos, mantener la cordura.

Este viejo cabezota cuasi nonagenario vive con un grupo de personas que han pecho piña en el Institut Pere Mata, donde repelen las amenazas que menudean, asumen el flujo continuo de bajas, si bien el grupo se verá también rejuvenecido con la entrada de savia joven.

El diario podría ser simplemente el testimonio de una espera, la asunción de un final, los pormenores del día a día en una comunidad granhermanesca, pero las continuas digresiones que Pablo maneja con los recuerdos del diarista, que bien pueden ser muchos de ellos los del mismo Pablo (al menos hasta 2018, a partir de esa fecha todo lo demás irá en el haber de la imaginación desbordante del autor), amenizan el relato, lo enriquecen, ensanchan los límites del diario y del tiempo, ocupando en esta labor el diarista sus meses y horas finales, deparando una lectura que gana en intensidad hasta su resolución y clímax final.

Este personaje, un escritor que hace décadas que no escribe, le otorga a Pablo muchas posibilidades a la hora de pergeñar un diario que no es solo un diario, o que es un diario pero alimentado por la autobiografía, la ficción (con una distopía que si llegamos a cumplir los 90 veremos qué tiene de real), el ensayo, que le permite al diarista tomar conciencia sobre su propia escritura, echar la vista hacia los lados para ver qué han escrito otros en sus diarios y citarlos; escribir un diario que como un cajón desastre alberga recetas, chistes, poemas, dibujos de estrellas, anécdotas, planos, violencia, ilustraciones con ejercicios de rehabilitación, recuerdos, pensamientos, muerte y llantinas de bebé, amor, sexo, deserciones, vejaciones, humor, etimología, escatología, lágrimas e incluso quién sabe si también un atisbo de esperanza capaz de vencer a la cabezonería más tenaz.

Notas a la lectura: I, II, III, IV

Acantilado. 2020. 373 páginas

Pablo Martín Sánchez en Devaneos
El anarquista que se llamaba como yo
Tuyo es el mañana