Archivo de la categoría: Regina López Muñoz

9788418621871

Hypericon (Manuele Fior)

En 2022 se cumplió el centenario del descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón.
La joven Teresa obtiene una beca para acudir a Berlín a preparar una exposición sobre dicho descubrimiento, a mediados de los noventa.

Si la estancia en Berlín le proporciona la deseada independencia, tanto como la posibilidad de visitar una ciudad para ella desconocida, su vida se trastoca cuando conoce a Rubén, un joven italiano que exprime las ubres de la vida amamantado por la manutención mensual que le pasan sus padres, la cual le posibilita llevar una vida bohemia, habitando inmuebles okupados, caminando por el lado más salvaje de la vida, frecuentando locales donde menudea al desenfreno alcohólico y sexual.

Surge entre Teresa y Rubén el amor, y algunas viñetas presentan sexo explícito.
El caso es que entre ellos se crea un lazo difícil de romper, más allá de sus respectivas inseguridades, dudas y deseos.

Hypericon

El descubrimiento de la tumba de Tutankamón, uno de los dos hilos narrativos del cómic, fue todo un hallazgo, al descubrirse completa junto a todos los tesoros. El artífice fue Howard Carter, del cual leeremos algún fragmento de sus diarios.

Hypericon

El título, Hypericon, hace mención a la flor que formando una corona encontraron en la máscara funeraria de Tutankamón. Un amuleto que servía para espantar los demonios y que hoy se sigue comercializando por sus beneficios para la salud.

Fior alterna los colores cálidos, ocres, en la historia que sucede en Egipto, con otros colores más fríos en la historia que transcurre en Berlín. Incide asimismo en retratar al detalle los rostros de los protagonistas. Las viñetas explicitan bien la intimidad de la pareja, sus emociones y temores. Fior ofrece variedad en sus dibujos y dinamismo en la narración.

Traducción de Regina López Muñoz.

Bueno.

5000kmporsegundo

Cinco mil kilómetros por segundo (Manuele Fior)

Publicado en 2011 y reeditado en 2022 por Salamandra Graphic, Cinco mil kilómetros por segundo, cómic de Manuel Fior, con traducción de Regina López Muñoz, nos sitúa en Italia.

Las acuarelas de Manuel con muy pocos colores resultan, sin embargo, muy vívidas y expresivas en la minuciosidad con los detalles. La gama de colores verdes y amarillos en la primera parte es la plasmación del deseo, la voluptuosidad, la juventud en su ánimo explorador. Las relaciones que se principian y abortan. El triángulo formado por Lucía, Piero y Nicola.

Lucía llega a su nuevo hogar y prontamente se enamora de Piero, aunque Nicola siempre está ahí, como el perro del hortelano. Como la vida sigue su curso, Lucía marcha a Noruega, Piero, como paleontólogo, irá a Egipto. En Noruega los tonos son azules, como el espíritu de la lluvia, como la luz glacial; en Egipto, priman los ocres y amarillos, así es la tierra, el cielo parduzco, las pirámides, la fiebre y los sueños eróticos. Las vidas siguen su camino y en su decurso llegan las parejas, el embarazo de Lucia, la paternidad de Piero, etc. Y el deseo, como una llama inextinguible, pide segundas oportunidades, pero a sabiendas de que son imposibles, se contentan con el escarceo y el agridulce sabor de lo que podía haber sido en los labios de los amantes.

Cinco mil kilómetros por segundo

Manuel recrea con virtuosismo el espacio íntimo de sus personajes, lo prosaico del día a día, como la escena en la que Lucía toma un baño mientras su marido defeca en la taza del váter, hay deseo y sexo explícito, hay búsqueda y desencuentro, hay vida latente y patente.

Muy bueno.

9783956402579

Senso (Alfred)

Senso, de Lionel Papagalli (Grenoble, 1976), que firma como Alfred, con traducción de Regina López Muñoz, es una humorosa novela gráfica a cuyo personaje, Germano, nada parece salirle bien. Llega a una estación italiana, con retraso, un día de muchísimo calor: es ferragosto. Nadie atienda la llamada de teléfono que hace desde una cabina. En el hotel no encuentra habitación; la habitación reservada no había sido confirmada. Todo pinta muy negro para Germano, pero de pronto, a los alrededores del hotel ha lugar una historia de amor, cuando nuestro personaje encuentra un alma gemela: Elena. Como testigo de su amor, un niño, también al margen, como apartado de la realidad. La novela, en su introito, muestra una pareja practicándose mutuamente sexo oral en la habitación de un hotel. Ese espíritu voluptuoso alimenta el resto del relato, en el que prima el humor y la ironía y la autocrítica, porque Germano resulta entrañable por su manera de ser, por lo difícil que le resulta ahormarse a un conducta normal, vapuleado por el poder antaño y apalizado hogaño por un tipo violento con el que tiene un rifirrafe en el hotel.

Senso

Alfred plantea situaciones tragicómicas donde cuesta deslindar el drama del humor, como en un café con leche, mezcla homogénea en la que resulta imposible diferenciar ambas sustancias.

Lo que mueve a Germano, la razón de su atribulado viaje, es el amor hacia su hija, a la que apenas ve. Una exposición, un retrato de ambos, capaz de remedar tanta desventura.

Muy bueno.

www.devaneos.com

El bosque de los urogallos (Mario Rigoni Stern)

El bosque de los urogallos, libro de relatos escrito por Mario Rigoni Stern (1921-2008), se publicó en Italia en 1962. La joven editorial Volcano libros (creada en 2017) lo publica ahora en castellano con traducción de Regina López Muñoz (Un domingo en el campo, Hace cuarenta años…).

Muy interesante es el prólogo de Paolo Cognetti a fin de situar estos relatos que Mario escribió después de finalizar la segunda guerra mundial y regresar del frente a pie, tras haber pasado, desde los 17 años, seis años como alpino (esquiador, escalador). Al regresar, Mario abandonará las armas y se irá a la montaña.

Los doce relatos del libro transcurren casi todos en pueblos de montaña (a mediados del siglo pasado. Rigoni era oriundo del altiplano de Asagio, en los Alpes, en el Véneto, próximo a la frontera austriaca), donde está muy presente en el día a día de sus protagonistas la caza, ese cuerpo a cuerpo entre el animal y el hombre, tal que la caza forma parte del título de tres relatos: La víspera de la cacería, De caza con el australiano, Término de caza y en otros, sin aparecer en el título tienen como asunto también la caza, como sucede en Alba y Franco, Una carta desde Australia, Más allá de los prados, entre la nieve, Los zorros bajo las estrellas.

Decía Linneo que si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas. Mario saca a sus personajes, y a él mismo -porque lo que hace en algunos relatos no es otra cosa que registrar, poner por escrito aquello que sus compañeros de cacerías le refieren- por los bosques de las montañas y nos cuenta todo aquello que ven, su mirada se puebla de zorzales, vencejos, urogallos, perdices nivales, raposas, sabuesos… La naturaleza aquí es lo eterno, así que cuando los dos hermanos de Vieja América, que dejaron su hogar en Italia para mudarse a los Estados Unidos, al regresar, después de cuarenta años, reconozcan estar en casa (a pesar de los cambios sufridos tras pasar y arrasar por allá una guerra) por las montañas que las enmarcan, y si toca llevarse a su regreso algún recuerdo de casa, sea un puñado de la tierra que les rodea.

Examen de oposición, el relato mas extenso del libro, difiere mucho del resto. La ciudad, Roma, es adonde debe acudir un funcionario que quiere conseguir una plaza fija. Lo urbano se erige aquí como algo asfixiante, sombrío, desolador. El espíritu que recorre todo el relato me recuerda a las desventuras del Marcovaldo de Italo Calvino, quien precisamente contribuyó a la publicación de este libro.

Cuando Mario escribe estos relatos tiene todavía sus recuerdos de la guerra frescos y su visión es antibelicista. El primer relato Por allí esta Carnia, es el regreso (el suyo) a pie del soldado a casa, un retorno que una vez finalizado, no concluye del todo, porque aunque el cuerpo ya esté en casa, la mente parece seguir todavía en las trincheras, entre balas y explosiones, entre cuerpos mutilados, dialogando con todos aquellos que paliaron su soledad y trabó amistad. Ir al bosque, pasar el día allá con su subeybaja será un alivio, la cura necesaria.
En Vieja América, además de ser un encarecimiento del trabajo y el esfuerzo, hace ver lo paradójico de la situación en la que unos sobrinos, americanos unos, italianos otros (con el régimen fascista) puedan acabar matándose entre ellos durante la segunda guerra mundial.
En lo más profundo del bosque es un homenaje a uno de los muchos que fueron asesinados vilmente por los fascistas de Mussolini. Aquí, Cristiano, un leñador de 18 años.
Encuentro en Polonia, en 1942 un soldado al hablar con otro hombre en su lengua sobre su casa y sus lugares comunes, convierte ese recorrido topográfico en una toma de conciencia y distanciamiento para preguntarse ¿Quiénes volverán de todos los que vamos en este tren? ¿Cuántos paisanos mataremos? ¿Y por qué?

Los relatos muestran vidas sencillas en las que no les sobra nada pero tampoco les falta, abastecidos con leche caliente, grappa, leños para resistir las nevadas, solaces horas de caza, el abrigo de la familia y los nietos, si los hubiera o la felicidad de abatir un zorro, un urogallo, unas perdices. Toda esta sencillez, ese mundo -que se rige por el devenir cíclico de las estaciones, la siega y la siembra- siempre precario, parece resquebrajarse con los emisarios de la modernidad, cuando a la montaña lleguen en tropel los urbanistas, a cazar en tromba, como un ciclón, a coleccionar simplemente cuerpos a modo de trofeos. Personajes que parecen sacados de la novela La natura expuesta de Erri de Luca. La montaña como souvenir.

Mario Rigoni Stern consigue en estos doce relatos con un lenguaje tan sencillo como directo alcanzar la emoción del lector, pues hay en todos ellos aquello que podemos llamar verdad, esa franqueza que deja fuera cualquier artificio, haciendo gala Mario de un estilo muy natural, para conseguir a través de los textos una especie de redención, como si pretendiera, y creo que lograse, cambiar la pólvora por la tinta y hacernos ver y sentir (!y de qué manera!) que la montaña y sus bosques son una especie de santuario, objeto de celebración, pues como afirma Primo Levi en el prólogo estamos necesitados de experiencias humanas, de los olores de la naturaleza y de todo su acervo, podemos añadir, y hoy en día aún más que hace cinco décadas.

VOLCANO libros. 2019. 186 páginas. Traducción de Regina López Muñoz. Prólogo de Paolo Cognetti

Entradas periféricas | Lo rural, la raíz