Para hacer un marmitako para cuatro personas, necesitamos estos ingredientes.
700 gramos de bonito limpio y cortado a dados
1 kg de patatas
4 pimientos verdes cortados a cuadrados
4 dientes de ajo laminados
2 cebollas cortadas
2 tomates picados
2 cucharadas de aceite de oliva
sal y pimienta
Cuando el aceite esté caliente, añadimos en una cazuela, por este orden: ajo, cebolla, pimientos, tomates y las patatas, dejando dorar cada ingrediente antes de que añadamos el siguiente. Después de lo cubrimos bien con agua. Hervimos hasta que las patatas estén cocidas, apartamos la cazuela del fuego, ponemos los dados de bonito y dejamos que se cuezan con el calor del guiso. El bonito se hace enseguida, así que lo dejaremos un par de minutos. Echamos por encima perejil picado. Si no tenemos bonito fresco, podemos emplear para salir del paso, bonito de lata. No queda igual pero no está mal. Es un plato fácil de hacer, de rápida preparación, recomendable para estos meses de invierno, que entona muy bien el estómago.

Extendemos la parte mas grande en una fuente de tamaño medio, en cuyo culo hemos untado mantequilla y un poco harina, para evitar que se pegue.
Para hacer berenjenas rellenas, para dos comensales usaremos dos berenjenas. Hemos de partirlas por la mitad, a lo largo, dejándolas simétricas. Con un cuchillos quitaremos la pulpa, que partiremos en trozos. La carne de la berenjena, hay que ponerla con sal, para que suelte el agua y con ello el amargor. Con unos veinte minutos es suficiente. Luego hemos de escurrir el agua lo máximo posible. El relleno lo podemos hacer con carne picada de cerdo, emplear champiñones, taquitos de jamón serrano. Yo las suelo hacer con taquitos de jamón, que pongo a hacer en una sartén con un poco de aceite, y donde añado la pulpa de la berenjena ya escurrida. Lo tenemos haciendo diez minutos y mientras vamos haciendo una bechamel. Para ello en un cazo ponemos un trozo de mantequilla a fuego medio. Una vez fundida, añadimos harina gradualmente hasta que absorba toda la mantequilla y se quede hecha una bola. Añadimos entonces leche y la sal y comenzamos a remover con una cuchara de madera. La leche irá disolviendo la pelota, hasta quedar una sustancia a la que nosotros le daremos la consistencia que queramos, en función de la leche que añadamos. Para la berenjena la bechamel, ha de ser más líquida que para hacer, por ejemplo croquetas. Le añado también a la bechamel un poco de nuez moscada rallada, que le da un toque muy especial.
Cuando vamos a Italia alucinamos con lo buena que sabe la mozzarella. Aquí en ocasiones podemos comprarla en los supermercardos. En