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La era Obama (Noam Chomsky)

La era Obama libro Chomsky

Chomsky es el intelectual más crítico con la política exterior americana. Basando su argumentación en el principio de justicia, Chomsky no se corta ni un pelo en ir haciendo recuento de todas las invasiones, asesinatos, tropelías y demás desmanes que ha ido cometiendo el Gobierno Americano durante estas últimas décadas.
Si en los años 60 fue Vietnam, guerra con la cual Chomsky se vio necesitado a posicionarse y convertirse ya en una activista, luego vendrían la imposición de gobiernos afines en Centroamérica, engendros como Guantánamo o las invasiones más recientes de países Afganistan e Irak.
El argumento es claro; lo que hacen los demás es terrorismo y lo que hacen los americanos es lucha contra el terrorismo.
Importa poco o nada lo que les suceda a los iraquíes o los afganos o a los ciudadanos que residen en los países invadidos. Nada importan los estragos de los bombardeos, las muertes civiles, despachadas como daños colaterales.
La reiteración hasta lo obsesivo de las caídas de las Torres Gemelas en las televisiones de esta aldea global, permitió a Bush meterse de lleno en la «war on terror«, esa lucha contra el terror, que ha costado varios miles de vidas de soldados americanos y la de otras tantos cientos de miles de ciudadanos iraquíes.
EEUU en su afán por mantener la hegemonía y supremacía política con una gestión por parte de sus gobiernos horrible, y buscando enemigos por todo el planeta, solo ha conseguido desangrarse económicamente, disparar su nivel de deuda hasta niveles alarmantes, pero eso sí, manteniendo los gastos en defensa inalterables. Es preferible, parece ser, tener un gobierno potente que proteja a un pueblo empobrecido que un ejército menos fuerte que permita defender a un pueblo que mantiene y disfruta de su bienestar. Sigue leyendo

Contra el viento del norte (Daniel Glattauer 2010)

Contra el viento del norte Daniel GlattauerEl libro del autor austriaco Daniel Glattauer está concebido como una declaración de amor, soterrada eso sí, entre un hombre llamado Leo y una mujer de nombre Emmi, la cual quiere darse de baja en la suscripción de una revista y que envía un mensaje a tal fin, llegando el correo a otro destinatario, un tal Leo, que responde a la primera poniendo en su conocimiento que ha envíado mal el correo. Este hecho a priori azaroso e intranscedente, se convierte en el preludio de un intercambio de correos, asumido como un juego por ambos, donde a medida que pasan los días, y el contenido de los mensajes se vuelva cada vez más íntimo y personal, paralelo a esas existencias reales; Emmi está casada y tiene dos hijos, y Leo tiene amigas y novias casuales, esa relación virtual irá tomando fuerza, ocupando cada vez más espacio en sus cerebros, en sus pensamientos, convirtiéndose para ambos casi en una obsesión.

Los meses transcurren y durante casi dos años, sin llegar a verse las caras, ese inminente encuentro parece que por a o por b, nuncá podrá realizarse. El autor controla bien los diálogos, resultan ocurrentes, chispeantes, a veces son un mero tránsito, un coger impulso para lo que avecina. Lo que se lee, conmueve, resulta tierno, cariñoso, sarcástico, cruel a veces, porque Emmi dice lo que piensa, mientras Leo sabe encajar los golpes y así como lector eres testigo de excepción de cómo surge el amor escrito, el enamoramiento virtual del otro, el corazón encabritado ante una pantalla de ordenador, donde el correo del amado es casi como tocar el cielo con las manos. Quien nunca haya enviado un correo electrónico esto seguramente le resulte una sandez o no, a saber, pero si usas este medio y alguna vez has empleado esta herramienta como arma de seducción, es de ley valorar el mérito de Glattauer de sacar adelante un libro de estas características sin caer en la ñoñería o en la fantasía. Dicho queda. La continuación a este libro se ha publicado cinco meses más tarde a finales de noviembre de 2010, y se titula Cada siete Olas.

Cada siete olas (Daniel Glattauer 2010)

Cada siete olasCada siete olas es la continuación de «Contra el viento del norte«. Los personajes, huelga decir, son los mismos, Emmi y Leo. Él vuelve de Boston y de nuevo retoman su contacto virtual. Pero a fin de que la cosa no caiga en el vacío, deciden finalmente verse lo cual supone una novedad.

Estos encuentros son la clave que determinará su próxima relación. Una vez que Leo y Emmi tomen forma corpórea, ya no serán solo las palabras su alimento, sino también las sensaciones experimentandas, esos roces sobre la piel que dejan una huella indeleble, un rostro que no se olvida. Para poner algo de picante en la salsa, aparecerá en escena Pam, una novia de Leo con la que está dispuesto incluso a casarse o a irse con ella a los Estados Unidos, lo cual claro está supondrá un mazazo para Emmi, al tiempo que obligará a Leo a deshojar la margarita y definir claramente qué es lo que quiere, cuales son sus deseos y objetivos, para luego obrar y actuar hacia eso dirección. «Si quieres algo, cógelo», «Si algo te gusta, lucha por ello».

Me ha resultado menos emocionante y vibrante que el anterior libro de Glattauer. Menos contundente y sorprendente. La historia es una continuación del primer libro, el cual sí me supuso una sorpresa, habida cuenta de cómo está pergeñado, a través de esa relación epistolar virtual que deviene en una obsesión para ambos, cuya lectura se devora. Este también lo he leído del tirón, no hay otra manera de hacerlo, si se quiere disfrutar en su plenitud, aunque le den a uno las tantas de la madrugada.
Me alegro por su final, y les deseo a ambos mucha suerte.

Maldito Karma (David Safier 2010)

Es este uno de esos libros que te meten por los ojos. Esos que vienen con unas tiras en su portada donde te informan de los cientos de miles o millones de copias que se llevan vendidos. No hablamos de calidad literaria ni nada parecido, sólo de ejemplares vendidos. A veces esto funciona y la gente se hace con ellos de forma compulsiva. Las Navidades siempre les supone un empujón en cuanto a ventas. Yo opté por otra opción, lo cogí en la biblioteca y no me gasté un chavo. Un amigo mío que hacía 15 años que no leía un libro, retomó la lectura con esta novela. Al recabar su opinión sobre la misma, me replicó que no sabía qué contestar, pues no había leído nada en tanto tiempo que no sabía de qué escribía ahora la gente, si las historias era parecidas a las que cuenta Safier. Pues no amigo, lo de Safier es una rara avis, en el mundillo literario, no es ni novela histórica, ni es novela negra, tampoco una autobiografía, sino una disparatada comedia, donde los personajes parecen sacados de una película de Walt Disney, esas donde los ratones, las ardillas, las vacas hablan entre ellos, con conductas humanas. En este caso se entiende, pues la protagonista es una joven de 32 años, una presentadora televisiva de éxito, con unos kilos de más, cuyo marido ejerce de amo de casa, y su hija le echa en cara cada día que apenas le dedica tiempo. A su vez la presentadora, de nombre Kim, se acuesta con otro presentador, por quien bebe los vientos. El día que recibe un premio y se encuentra en la azotea de un hotel recibe un impacto de una nave espacial y muere, para reencarnarse nada menos que una hormiga. Luego a través de la acumulación del Karma podrá ir mejorando su aspecto, cambiando de fisionomía, dentro del reino animal, pasando a ser un conejillo de las indias, una vaca, etcétera.

Como telón de fondo las ganas de Kim de redimirse, mientras la protagonista parece no tener muy claro, como quien deshoja la margarita si quiere o no a Alex, su marido. Safier, alemán hace unas cuantas coñas sobre temas alemanes, que harán gracia allí, donde el libro ha sido un superventas, quizá porque el autor ha sido guionista de televisión y es bien conocido (Seguro que aquí una novela de Buenafuente sería un éxito). Opta Safier por parir una coña constante, con diálogos donde no deja títere con cabeza, donde se mofa de todo el mundo, despachando las emociones humanas y los sentimientos humanos de un plumazo, lo que quizá supone el mayor problema de esta novela. La comicidad no está reñida con la profundidad, pero Safier de manera un tanto atolondrada, sin mucho criterio hace que la protagonista cambie cada dos por tres de parecer, que su banalidad y superficialidad, más que una crítica del mundo que nos rodea, impregne el resto de la historia, para arrojar una «vacua e hilarante fábula» sobre un puñado de gente que el autor tan bien conoce.