!Vive el día presente!

Hagamos caso a las recomendaciones de los sabios, como esta exhortación de Horacio a vivir (o exprimir) cada día.

Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati,
seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

Tú no preguntes -¡pecado es saberlo!- qué fin a mí o a
ti dieron los dioses, Leucónoe, ni consultes las cábalas
de Babilonia. ¡Cuánto mejor soportar lo que
sobrevenga, ya si inviernos muchos nos envía Júpiter
, o si éste es el último, el que deja ahora contra los
escollos al Tirreno mar debilitado! Si tienes cordura,
haz filtrar el vino y, breve la vida, corta la esperanza
demasiado larga. Mientras conversamos, se habrá
escabullido celoso ya el tiempo. Cosecha este día,
fiando lo menos del que ha de venir.

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