Una triste historia que creo está a la orden del día. El mercado es así. Es habitual el baile de escritores entre editoriales. Y en este caso tratándose de alguien premiado con el Nobel, a alguno se le tienen que poner los ojos con el icono del dólar. Pero como sucede con el fútbol hay equipos que alumbran una estrella, que siempre es fugaz, a cambio de dinero, eso sí. Por otra parte no sé si los premios Nobel son un negocio en cuanto a venta de libros y pienso en Mo Yan o Le Clèzio. Tratándose aquí de poesía incluso es menos negocio.
Buenos juegos de palabras. Una triste historia.
Una triste historia que creo está a la orden del día. El mercado es así. Es habitual el baile de escritores entre editoriales. Y en este caso tratándose de alguien premiado con el Nobel, a alguno se le tienen que poner los ojos con el icono del dólar. Pero como sucede con el fútbol hay equipos que alumbran una estrella, que siempre es fugaz, a cambio de dinero, eso sí. Por otra parte no sé si los premios Nobel son un negocio en cuanto a venta de libros y pienso en Mo Yan o Le Clèzio. Tratándose aquí de poesía incluso es menos negocio.